Desde Francisco Álvarez Cascos a Íñigo de la Serna, pasando por Magdalena Álvarez o José Blanco, no ha habido ministro de Fomento o de Transportes del PP o del PSOE que no haya ofrecido compromisos sobre el AVE Madrid-Extremadura que nunca se han cumplido.
Un 26 de abril del año 2001 se inicia la historia sin fin de la llegada de la alta velocidad a Talavera. Ese día, el otrora ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, anunciaba el proyecto con paso y parada en la ciudad. El proyecto enmarcaba a Talavera en el corredor Madrid-Extremadura, pero los distintos planes nacionales, primero el de Infraestructuras de Aznar y luego el Plan Estratégico de Transportes de Zapatero, no consiguieron dar concreción a la iniciativa. Ni concreción, ni dotación presupuestaria clara, ni agilidad en los trámites burocráticos. Yla situación tampoco avanzó mucho con los gobiernos de Rajoy -la única aportación al proyecto de la era De la Serna fue que el AVE a Extremadura llegue y pare en Toledo, entre otras cosas para contribuir a la viabilidad económica de la línea una vez entre en funcionamiento De hecho, los estudios de viabilidad financiera y socioeconómica incluidos en el último estudio informativo señalan que la inclusión en el trazado de Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, multiplica por 3,5 el número de viajeros de la futura línea.
Veintitrés años después y dos estudios informativos de por medio parece que el proyecto vuelve a salir de la vía muerta. Lo que no se ha conseguido en dos décadas parece que una 'pelotita' hará posible el 'milagro'. De hecho, la unión de ambas capitales europeas por alta velocidad es uno de los elementos clave que inclinaron la balanza para que España y Portugal organicen el Mundial de Fútbol de 2030.
Para llegar a tiempo a la cita mundialista los plazos no se pueden alargar mucho más. De hecho, el Ministerio de Transportes antes del cambio de Gobierno, es decir, con Raquel Sánchez a la cabeza, barajaba contestar a las alegaciones para dar luz verde al estudio informativo del tramo Madrid-Oropesa, publicado en octubre de 2020, este trimestre o, a más tardar, antes del verano. Un calendario que tanto la Junta de Comunidades como el Ayuntamiento de Toledo esperan que se mantenga. Y es que el Gobierno regional y el Consistorio de la capital regional, pese a ser de 'colores políticos diferentes', van de la mano en este asunto. Tanto es así que el consejero de Fomento, Nacho Hernando, y el alcalde de la capital regional, Carlos Velázquez, han mantenido reuniones conjuntas con responsables del Ministerio.
Si el Ministerio de Transportes, que ahora dirige Óscar Puente, mantiene la misma línea trazada por su predecesora en el cargo, la capital contará con una segunda estación en el entorno del Polígono tal y como solicitaron vía alegación tanto el Gobierno regional como el Ayuntamiento de Toledo.
El estudio informativo que salió a información pública proponía construir una segunda terminal de viajeros en paralelo a la actual estación de Santa Bárbara para que ésta dejara de ser un fondo de saco. Para hacerlo posible, el trazado de la nueva línea tenía que sortear el Tajo a la altura de Safont bien mediante un puente justo a la altura de la noria de Safont o construyendo un túnel por debajo del cauce del río.
Una vez salvado este escollo natural, la propuesta recogía soterrar la línea a su paso por la ciudad bien por debajo del paseo de San Eugenio o por la avenida de Madrid. La solución no gustó ni al Ayuntamiento ni a la Junta por el impacto visual sobre el Casco ni por los problemas de cimentación que podrían darse en los barrios afectados por el soterramiento.
En su lugar, el Consistorio toledano, que contó con el apoyo del Gobierno regional propuso para reducir de forma notable tanto las afecciones como el impacto negativo sobre la ciudad, que la nueva estación de la línea Madrid-Extremadura, en su paso por Toledo, se situara en el entorno del Polígono. De este modo, el AVEno se acercaría tanto al Casco y saldría hacia Bargas a las altura de Valdecubas-Pinedo.