El desbloqueo de la Ley de Amnistía acerca la posibilidad de retorno del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont a Cataluña, un horizonte aún incierto debido a las múltiples derivadas jurídicas por dirimir, pero que, en caso de producirse, pondría patas arriba el tablero político, especialmente el catalán. Ymás después de que los postconvergentes hayan dado por hecho que el candidato de su partido a la Generalitat en las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo será Carles Puigdemont. «Iremos a por todas», afirman rotundos.
Estas son las claves del futuro inmediato del fugado, que huyó a Bélgica tras la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017.
En Junts nadie se atreve a hacer pronósticos sobre esta cuestión, aunque insisten en que las garantías introducidas en la Ley de Amnistía deberían darle cobertura para volver a corto plazo.
Antes de que el pasado 30 de enero el Congreso tumbara la proposición inicial por el «no» de JxCat, PP y Vox, el entorno de Puigdemont confiaba en que, si la ley podía aprobarse rápidamente, tanto el expresidente catalán como el resto de encausados que permanecen fuera de España podrían regresar esta primavera.
Sin embargo, el retraso de mes y medio en la tramitación obligará a dilatar los plazos de entrada en vigor. Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, dijo en enero que «si los jueces aplican la ley correctamente, él volverá nada más que entre en vigor», una vez publicada en el BOE y con la consiguiente retirada de las «órdenes de detención nacional que existen en su contra». Asó, los tempos de su retorno dependerán no solo de la activación de la ley, sino también de las garantías que tenga él de que los jueces «respetarán la letra y el espíritu» de la polémica norma.
Con lo que cuenta seguro JxCat es con que Puigdemont repita como su cabeza de lista para las elecciones europeas y revalide el escaño que consiguió en 2019 en el parlamento comunitario cuando obtuvo un millón de votos, por encima del líder de ERC, Oriol Junqueras. El consejo nacional del partido ya aprobó el reglamento de primarias para elegir candidato, en las que se da por hecho que Puigdemont volverá a ser el número uno.
Una de las grandes incógnitas ligadas a su posible retorno es, pese al convencimiento de su partido, si puede presentarse como candidato a la Presidencia de la Generalitat si la Ley de Amnistía lo libera de todas las trabas judiciales, lo que podría provocar un terremoto político en las encuestas, ahora lideradas con holgura por el PSC de Salvador Illa, con ERC en segunda posición y JxCat por debajo.
A diferencia de Junqueras, él no está inhabilitado -y por eso no prevé obstáculos para repetir como candidato a las europeas-, pero solo podrá postularse a la Generalitat si la amnistía amparase su retorno y si la futura ley ya estuviera plenamente en vigor para los comicios catalanes. En 2021, concurrió como simbólico número uno en la lista de JxCat, aunque Laura Borràs era la candidata efectiva.
Fuentes de JxCat reconocen que con la aprobación d el perdón, será el candidato «indiscutible», porque nadie le disputará esa plaza, dado que sus perspectivas electorales serían mejores que las de cualquier otro aspirante.
Desde que en mayo de 2022 abandonó la Presidencia de JxCat, Puigdemont vive una situación paradójica: no tiene cargo orgánico en su partido, no tiene silla en la dirección, pero ejerce de líder no solo moral, sino también político y es quien mayor peso tiene en la toma de decisiones importantes, como quedó demostrado en la investidura de Pedro Sánchez.
Admiten que esta situación anómala es susceptible de corregirse en un futuro congreso del partido, aunque está por ver qué cargo asumiría Puigdemont en ese caso -una Presidencia efectiva o un puesto más honorífico-, teniendo en cuenta, además, que él ha sido siempre reacio a involucrarse en las cuestiones de funcionamiento interno de la formación.