Festival de solidaridad en Villaseca

Mario Gómez / VILLASECA
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Destacan Álvaro Lorenzo y Montero, cada uno en su registro, en un excesivamente largo festival a beneficio de las víctimas de la DANA del mes de octubre

La temporada taurina española se cerró en Villaseca de la Sagrada. - Foto: @Villasecatoros

La temporada taurina española tuvo un último baile en Villaseca de la Sagra. En este caso con tinte benéfico a favor de los damnificados por la DANA que el pasado mes de octubre asoló la Comunidad Valenciana y algunos pueblos de Cuenca y Albacete. Una noble causa, en una fecha como el 8 de diciembre y con un frío imperial.

Anduvo solvente Esaú con el eral de La Olivilla que abrió la tarde. Se dañó el animal al poco de salir y el de Camas mostró temple y solvencia ante un animal cargado de nobleza pero justo de fuerzas. Mató de estocada efectiva y saludó una ovación.

Cristian Escribano también se fue a portagayola a recibir al segundo. Un bonito animal de Toros de San Román que sacó un gran fondo. Brindó al cielo, y comenzó por doblones una faena que recordó a sus mejores momentos. Toreó templado, toque firme y cite muy cruzado, como receta para un animal que no resultó con algunas teclas en la muleta. La espada viajó trasera y saludó una ovación.

Álvaro Lorenzo recibió con mucha clase al de La Buitrera. Montero calentó el ambiente en un quite por brionesas por la espalda, y Lorenzo respondió como quien tiene la miel en la boca. Con la muleta demostró que sigue siendo el gran torero que siempre ha sido, abre un animal muy noble, y justo de fuerzas. Montó un lío muy serio Lorenzo, que abrochó una sensacional faena toreando de rodillas y comen una estocada, un tanto desprendida, pero de rápido efecto y paseó dos orejas y vuelta al ruedo en el arrastre para "Nicotina".

Montero se fue a portagayola con una bandera de Valencia y un marsellés a recibir al de Mariano de León. Fuerte golpe en la iliaca que no le impidió poner banderillas y dar el espectáculo habitual. Con la muleta pretendió ser más ortodoxo de lo habitual, aunque dejando momentos de inspiración y algún muletazo de muchos quilates. Se tiró a matar sin muleta y rodó sin puntilla el animal, lo que le valió un doble trofeo tras aviso.

Exquisito es el corte de García Pulido. Y como tal entendió al eral de San Isidro. Un animal con una clase y un ritmo propio de una vacada de primera línea al que el toledano realizó una faena donde las alturas fueron la clave. Cuando las entendió, brotó el toreo de quien tiene el toreo en las muñecas. Oreja.

Sergio Rodríguez lidió el de más trapío de la tarde. Un eral de José Cruz que protestaba y ante el que el matador de toros mostró disposición y extrajo algún muletazo suelto.

Jorge Molina se mostró firme y dispuesto con el animal de Juan Rivera. Un eral sin demasiadas opciones al que el torrijeño buscó las vueltas en diferentes terrenos y cites.

Álvaro Seseña despachó a un bonito y bravo eral de Conde de Mayalde. Otro buen Mayalde, premiado con la vuelta al ruedo, que ve lidiarse Villaseca y Seseña, de cabeza despejada, quiso darle sitio y distancia para aprovechar las bondades de "Entrador". Dejó una gran estocada al segundo intento y paseó un apéndice.

Cerró el festejo un becerro de Alfredo Ruano, en clase práctica, para Gorka Jerez