Cáritas ayuda a 74 mujeres a salir de la prostitución

J. Monroy
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Las redes sociales han ampliado el mercado. Se cierran clubes, pero hay pisos, donde están más indefensas

«Que busquen ayuda, que siempre hay ayuda para salir adelante y salir de este mundo, que no aguanten, que es una vida muy dura». Es el consejo a las mujeres en situación de prostitución de Andrea, una persona que pasó por esa experiencia y que puso salir gracias al proyecto Santa Marta, puesto en marca en 2015 por Cáritas Diocesana de Toledo con la financiación del Gobierno.

Desde esa fecha, Cáritas ha atendido con Santa Marta a 74 mujeres en contexto de prostitución, víctimas de trata y explotación sexual. De ellas, siete habían sido víctimas de trata, tres explotadas por sus parejas y una explotada laboralmente. Se incluyen en estas cifras a las 23 mujeres que está atendiendo hoy, de las cuales dos tienen la acreditación de víctimas de trata, y otras dos mujeres han sido explotadas, una sexualmente por su esposo y otra laboralmente. Así lo han explicado  la secretaria general de Cáritas Diocesana de Toledo, Mónica Moreno, y la responsable del Proyecto Santa Marta, Paloma Martín de Vidales, con motivo del Día Mundial de la Trata, que es este 30 de junio, jornada se quiere visibilizar una realidad cambiante, cada vez más oculta y cercana, pues tanto la trata como la prostitución está más dirigido a las redes sociales y a la normalización de la sociedad sobre el consumo del sexo.

Desde el Proyecto Santa Marta, Cáritas Diocesana de Toledo realiza un acompañamiento muy personalizado para que puedan salir del contexto en el que están, ayudándoles a acceder a una vivienda normalizada y facilitándoles a través de los distintos programas de Cáritas, como el Área de Empleo o Animación del Territorio, la ayuda necesaria para encontrar un empleo, o formación o cubrir las necesidades básicas de la mujer.

Cáritas ayuda a 74 mujeres a salir de la prostituciónCáritas ayuda a 74 mujeres a salir de la prostitución - Foto: Yolanda Lancha«El negocio del sexo se ha expandido gracias a la legitimación del consumo del sexo, a la invisibilización de los consumidores, y también se pone de manifiesto que el acceso consumo se ha digitalizado pues a un solo clic puedes optar a la mayor variedad y selección de personas así como de prácticas deseadas, con ranking de opiniones de consumidores, así como acceso a foros donde informarte… Esto ha hecho que el ejercicio de la prostitución en la calle, en los prostíbulos, carreteras y polígonos se reduzca  proliferando en pisos, espacios privados, club y agencias», ha explicado Moreno. En la actualidad las redes sociales se convierten en altavoces de un negocio ilegal, invisible y que sigue captando a personas en cualquier parte del mundo, lejos de los controles policiales y solo a través de un clic.

Perfiles. Son en un 93 por ciento, ha explicado Martín de Vidales, mujeres con visado de turista y con gran desinformación, que llegan engañadas a España, con una falsa oferta de empleo de camarera. Una vez aquí, dada su situación, siempre con padres o hijos dependientes económicamente, se ven abocadas a la prostitución. La procedencia de estas mujeres cambia con el tiempo y el territorio. Hoy en Toledo son mayoría de Colombia, Venezuela y Perú.

Antes terminaban todas en clubes, aunque ahora está descendiendo el número de estos, con un paulatino cierre de los mismos, y a la vez mayor número de pisos y mucha menos prostitución en calle. Sin embargo, hay un aumento de la prostitución en pisos, donde hay mucha menor protección. Además, «cada vez hay más mujeres a las que las obligan a salir en busca de clientes, y suelen ir después a casa de la persona que acude a la prostitución», y «se consiguen contactos con las redes sociales y las nuevas tecnologías».

Estas mujeres llegan hasta Cáritas gracias a los servicios sociales de Atención Primaria; los técnicos de otras entidades como Médicos del Mundo; por la red de Cáritas Parroquiales, pero sobre todo por otras mujeres que ya han participado o están en el Proyecto Santa Marta.

El proyecto realiza una intervención con las mujeres que se encuentran en prostitución, «ofreciendo una salida real, y aportando espacios de encuentro para mujeres en riesgo de acceso a la prostitución». Suele durar 18 meses.