El Congreso Nacional del Amianto, celebrado el pasado sábado en el barrio del Polígono, confirmó la relación del mineral con el mesotelioma, un tipo de cáncer que se desarrolla en los tejidos que recubren los pulmones y otros órganos y «que sólo produce el asbesto», explican desde la asociación de vecinos El Tajo, la entidad organizadora del evento. El vínculo directo entre el componente empleado en la construcción y tal enfermedad tumoral fue una de las conclusiones científicas de una reunión que congregó a importantes especialistas en el ámbito de la oncología.
«El amianto mata de manera silenciosa», asegura Gemma Ruiz, coordinadora de la asociación. Los expertos dilatan el periodo de latencia de la enfermedad desde los veinte años en adelante. Los vecinos del Polígono temen «un incremento de patologías relacionadas» en fechas próximas y cifran en 35 los casos de mesotelioma diagnosticados en el último cuarto de siglo. «Sin ese material no se hubieran producido». Además, advierten del repunte de otras enfermedades, como el cáncer de pulmón, y de las conexiones entre el mineral y tumores como los de esófago, estómago, pleura, ovarios, laringe, colon y recto.
El mesotelioma resulta, además, un cáncer letal y de efecto fulminante. Ruiz cita el caso de un vecino del Polígono fallecido hace apenas un par de meses, un hombre que resistió medio año tras ser diagnosticado. La supervivencia en este tipo de enfermedades es muy baja, de unos dos años, según los expertos médicos que han participado en el congreso del amianto.
La retirada del amianto es una vieja demanda del barrio. Se trata de un «problema de salud pública» que se extiende por hasta 19 focos del distrito más poblado de la capital regional. La inversión acometida para el sellado de algunos restos tampoco ha resuelto el problemas. Las danas de 2021 y 2023 han destapado el contenido de algunos de aquellos paquetes próximos al arroyo Ramabujas, un afluente del Tajo. «Había que retirarlo, no esconderlo», remarcan desde la asociación vecinal.
Más allá de la industria, el principal depósito de fibras contaminantes, la presencia de amianto se extiende por edificios públicos y viviendas. En el caso del Barrio Avanzado, «hay cantidades ingentes a menos de 50 metros de las casas», relata Ruiz. Es una zona que «no se ha tocado». Desde El Tajo afean la supuesta intención de la Consejería de Fomento de vender a una empresa constructora una parcela en este entorno y deslizan que el posible desamiantado en ese foco quede sujeto al levantamiento de una nueva zona residencial.
El alcalde de Toledo y representantes de todos los partidos con presencia en el Pleno municipal participaron en el acto. Ruiz lamenta que ningún responsable de la Administración regional acudiera. Al Ayuntamiento le exige que mantenga el impulso y el inventario que la ley establece para la administración municipal. «Tiene obligación de exigir a la Junta que lo haga», dice sobre la elaboración de un mapa de restos y la retirada de los mismos. Por su parte, encomienda a la Junta, además de la creación del registro de focos y de su definitiva eliminación, el «seguimiento» sanitario de las personas que trabajaron cerca del amianto, también de sus allegados.
«Toledo es la ciudad de España y de Europa con un mayor problema de amianto», indica Ruiz. También lo es «de clase social», critica.