Recuerda Fernando que «está siendo un verano raro, pero los toledanos sabemos que tiene que hacer calor y la hace»; es una certeza meteorológica, como el que los toldos del Corpus se mojan. Cierto es que hasta ahora hemos vivido un verano al trantrán, con temperaturas más bajas que en años habituales. Pero todo llega y con esta ola de calor que ha comenzado hoy, por fin ha llegado el verano de verdad a Toledo.
«El mes de junio la verdad es que fue bastante tranquilito, y más bien fresquito, y en julio llega el calor después de la Virgen del Carmen, pero dentro de lo que cabe, si pasas por las calles estrechitas de Toledo se va muy agustito todavía», explica Pilar, que no recuerda otros veranos tan tranquilos hasta estas fechas. En sus 18 años y 20 años respectivamente en Toledo, Mari Sol o Inés nunca habían vivido un verano con unos meses de junio y julio tan frescos, «lo comentaba con mi esposo, es un tiempo al que no estábamos acostumbrados, en Toledo no puedes dormir por las noches muchas veces, y en julio hemos podido hacerlo con la venta abierta», apunta la primera. «Ha habido otros años que junio también ha sido tranquilito, ahora ha empezado el calor, pero yo sigo prefiriendo este julio, que creo que va a volver a bajar la temperatura luego», explica Inés. El problema ahora, apunta Eduardo, es que «queda mucho verano y queda la peor semana, la de Santiago».
Soluciones ante el calor. De día el calor llega de arriba, del sol, pero también sube del asfalto. Así que mucha piscina, mucho aire acondicionado y ventilador. Otras opciones son tener las persianas bajadas durante el día y abrirlas por la noche si corre algo de viento, «se mantienen bajados los toldos y persianas y se intenta mantener la casa lo más fresquita posible», explica Pilar. «El truco es sobre todo buscar la sombra, estar en casa en sitios frescos, agüita y abanico, y salir a primera hora de la mañana o última», apunta Santiago. Luego está la opción de irse de vacaciones, quien pueda hacerlo.
Ante estas «noches toledanas» la mayoría opta por el aire acondicionado «un rato, y si pasamos frío, lo apagamos», explica Mari Sol. Aunque hay a quienes, como en el caso de Pilar, no le sientan bien los aires, así que tienen que optar por el ventilados. Una cerveza por la noche puede ayudar, «pero a partir de cierta hora». También queda la opción de «cenar algo liviano, ligerito», apostilla Inés.
Y quienes no tienen aire, que ya casi todo el mundo lo tiene, pueden tirar de abanicos y botijos, recuerda Fernando. Él personalmente sale a andar sobre las siete de la mañana, se da un paseo, coge La Tribuna en la cuesta de Carlos V y después sale un rato más tarde a dar otro paseo con su mujer ante de que el sol apriete. No se pueden quejar, porque su casa en Recoletos es fresquita, con grandes muros, «pero también hace calor, sobre todo a la hora de la siesta. Le pega al vecino de enfrente el solo y me manda el rebujo».
Los fines de semana o las vacaciones son otra cosa, se puede salir de Toledo y buscar alternativas. No hace falta irse a la playa. Eduardo apuesta por pueblos de Toledo, «donde normalmente se está más fresquito», como San Martín de Montalbán u Orgaz, «dos puntos diferentes, pero en los que se está muy fresquito, cerca de la sierra».