La sombra de la consternación de los últimos seis crímenes machistas se extendió esta mañana en el parque de la Vega. La concentración mensual contra la violencia de género se centró en el recuerdo de Laura y de su madre, asesinadas en Zafarraya; de Petra, en Fuengirola; y de Amal y sus dos pequeños, «víctimas de la violencia machista» en Las Pedroñeras. «Rabia y repulsa» fue el sentimiento que expresó el habitual manifiesto del Consejo Local de la Mujer, esta vez a cargo del PP, que leyó la concejala de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores, Marisol Illescas.
«En lo que llevamos de año son ya 19 mujeres que han sido asesinadas a manos de sus ex parejas y 15 menores que han sido víctimas de la violencia vicaria, una lacra que no cesa. Pero no son solo cifras. No podemos caer en el error de despersonalizar a las víctimas, de pasar página para que entren a formar parte de una estadística». Illescas continuó poniendo el foco en «esas familias rotas por el odio» y en la obligación «de preguntarnos qué está ocurriendo en nuestro país en qué estamos fallando como sociedad para tratar de poner fin al horror».
Por tanto, Illescas entiende que se debe asumir la responsabilidad «y dejar de utilizar a las víctimas de la violencia machista para intereses partidistas». Por tanto, insistió: «No podemos hacer política ni buscar votos en el dolor, porque en esta lucha no puede haber colores y todos somos imprescindibles».
El manifiesto se centró en la búsqueda de la solución «desde la unidad y el consenso», con lo que Illescas recalcó la necesidad de que haya «una sola voz, un mensaje unísono de apoyo a las víctimas para condenar y denunciar a los maltratadores y para conseguir sensibilizar a toda la sociedad de que este problema «nos afecta a todos y nos incumbe a todos».
Sin embargo, el parque de la Vega volvió a ser testigo de la polarización política y de la desunión de los grupos municipales. La escena de las dos pancartas, una del Consejo Local de la Mujer y otra del PSOE, volvió a repetirse un mes más. También IU volvió a colocarse en medio de ambas concentraciones, con pancartas en mano en las que aludía a la sumisión de PP respecto a Vox.
Illescas compartió la lectura del manifiesto con la secretaria general del PP en la región, Carolina Agudo, que también quiso estar presente en este acto de repulsa y añadió «la falta de medios» y la necesidad de poner en marcha «medidas reales y efectivas para proteger a las víctimas». El objetivo es la prestación de una atención integral, económica y psicosocial cuando «las mujeres acuden aterradas a las instituciones para escapar de su maltratador».
De ahí que el manifiesto se centrase en «el control de las penas y en una mayor cobertura de las medidas de para vigilar que se cumplen las órdenes de alejamiento». Para ello, es imprescindible dotar de más medios a la Policía Nacional, la Guardia Civil y la administración de Justicia.
Por último, Agudo también reconoció la urgencia de revisar el Pacto de Estado contra la violencia de género de 2017 para analizar «qué está fallando» y finalizó pidiendo «unidad» a los partidos políticos.
Discrepancias. A la oposición no le convenció el manifiesto. PSOE rebatió el argumento de la fractura política en esta lucha e insistió en que su partido «nunca va a estar al lado de un alcalde que utiliza a las víctimas desde que llegó al gobierno, que se abrazó a los negacionistas para conseguir la alcaldía».
Por su parte, el portavoz de IU-Podemos, Txema Fernández, discrepa «del fondo» del manifiesto «por querer obviar la parte política» cuando la solución deben ponerla las administraciones.