Si los representantes políticos no se ponen de acuerdo sobre el relato de los hechos, sobre el cronograma de avisos y respuestas y la serie de decisiones tanto del Gobierno de la nación como de la Generalitat, es imposible que puedan hacerlo sobre la asunción de responsabilidades. Desde la oposición no se asume que la gestión del presidente valenciano, Carlos Mazón, fue desastrosa desde el primer momento, por su ausencia del puesto de dirección en el que debía encontrarse, y porque su segunda al mando tampoco sabía cómo debía actuar, pero en este momento es difícil dilucidar si el PP apoya a Mazón sin fisuras, después de haber dado síntomas de poner en cuestión su actuación, o si ha sido absuelto por el PP de cualquier responsabilidad. Por parte del Gobierno, la explicación del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, con una exoneración absoluta de responsabilidades debe complementarse con una explicación con meridiana claridad sobre los canales de coordinación y colaboración que se pusieron en marcha entre administraciones en el primer momento de las inundaciones.
Una vez más se ha evidenciado en el Congreso que no es posible ningún tipo de consenso, aunque a veces se utilice el ofrecimiento de pactos de Estado o de colaboración bajo la excusa de la solidaridad con las víctimas, que esconde el deseo de obtener réditos políticos, y el objetivo de cobrarse cabezas políticas. Los ofrecimientos de pactos, de ayudas, van precedidos o seguidos de críticas por acciones u omisiones que dejan en baldío las intervenciones con carácter positivo.
Ni tan siquiera hay acuerdo sobre las ayudas concedidas para atender las necesidades de las víctimas, que por principio siempre serán escasas para quien lo ha perdido todo y siempre habrá quién exija más fondos, más exenciones de impuestos, más protección ante las obligaciones económicas. El Gobierno ha levantado un escudo sociolaboral con medidas que ya han sido testadas en la pandemia, pero siempre hay sectores que pueden verse agraviados o poco recompensados, o que consideren que las ayudas no alcanzan para la puesta en marcha de sus negocios. Y entre medias es preciso lidiar con los bulos acerca de la devolución de las ayudas.
La distinta actuación de los responsables autonómicos ante la segunda DANA en dos semanas y su disposición a pedir ayuda al Estado si la necesitasen, como ha explicado el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, pone de manifiesto como se trata de un bulo la interpretación que se da a la expresión de Pedro Sánchez "Si necesitan ayuda que la pidan" que se repite en las intervenciones de la derecha.
Los partidos han criticado la ausencia de Sánchez y de Feijóo en el primer pleno en el que se abordaba la catástrofe y tenían mucha razón. El jefe del Ejecutivo se encuentra en la cumbre del clima de Azerbaiyán, pero Feijóo sí estaba en el Congreso, pero no dentro del Hemiciclo, y le debió parecer poca cosa debatir con un ministro del Gobierno y hacerle las propuestas que realizó ante la prensa. Pero su interés iba más allá, trataba de impedir que Teresa Ribera sea la 'número dos' de la próxima Comisión Europea y ha pedido a Sánchez que retire su candidatura. Si Feijóo no logra el objetivo de que Teresa Ribera sea rechazada por el Parlamento Europeo habrá sufrido una derrota de tamaño continental. Y la vicepresidenta española acaba de ser respaldada por Ursula von der Leyen.