Castilla-La Mancha es este 2024 Región Europea del Deporte. En La Tribuna queremos contribuir también con nuestro granito de arena a la conmemoración de este año y por eso hemos contactado con una treintena de castellanomanchegos vinculados con el deporte para que nos cuenten desde dentro cómo es su mundo y qué lecciones podemos sacar de su experiencia. A lo largo de este mes de junio podrán leer cada día los testimonios de deportistas de élite, de los que están empezando y de los que acaban de dejarlo, de quienes han sido olímpicos o paralímpicos y de quienes lo serán en solo unas semanas en París, de quienes son entrenadores, directores deportivos, guías o incluso seleccionadores.
«Hacen falta facilidades para compatibilizar el deporte con los estudios y el trabajo»
Algunos de los recuerdos inolvidables que tiene Mónica Plaza en su trayectoria política son recuerdos de familia. Uno de ellos es el primer Dakar que terminó junto con su padre. Otro es el campeonato nacional de España de rallyes que ganó con su hermana Marta Plaza de copiloto. Y no se olvida de su madre. «Parece que está siempre a la sombra, pero es una parte fundamental», reconoce, «es quien pone los pies en la tierra».
Mónica Plaza explica lo que es para ella el deporte: «Es una parte imprescindible en mi vida, que aporta valores, constancia, disciplina y motivación para cumplir objetivos». Aclara que esos objetivos no tienen que ser siempre de competición, pero reconoce que precisamente la competición es lo que mueve su vida.
Es piloto de automovilismo, pero esta disciplina deportiva requiere también una resistencia y condiciones físicas que trabaja por un lado en el gimnasio y por otro saliendo fuera haciendo mountain bike. Aquí entra también en juego la competición. «Además del automovilismo también compito en ciclismo de montaña», apunta, «es parte fundamental para mi preparación en resistencia y también para mi preparación psicológica». «Me gusta la montaña», subraya. Es más que entendible, siendo ella de Cuenca y teniendo tan cerca un paisaje de serranía, hoces y bosques.
Al igual que ha coleccionado muchos buenos momentos, Mónica Plaza explica que su deporte también deja recuerdos malos como algunos accidentes que ha sufrido en competición.
Ser deportista de élite no es fácil y reclama más respaldo. «Hace falta apoyo económico y facilidades primero para poder compatibilizar los estudios», incide, «y después también para compatibilizarlo con el trabajo».
Ella y su hermana son un buen ejemplo para las niñas que se puedan animar a practicar deportes que durante mucho tiempo han estado copado por los hombres. «A día de hoy esto está cambiando y se va creando cierta igualdad», destaca, «se pueden hacer muchas cosas».
Insiste en que hay que dar los apoyos suficientes al desarrollo del deporte base, poniendo especial atención a las personas que se encargan de entrenar y dirigir a los niños, que «les guste y les apasione lo que hacen».