Las Valeras: De hoces, legado, historia y tradición

Lucía Álvaro
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De hoces, legado, historia y tradición - Foto: Turismo CLM

La raíz de Las Valeras se hunde profunda entre hoces y tradición. Su historia se escribe en madera y su legado es una industria que, aunque está profundamente ligada a su pasado y sus tradiciones, mira al futuro. Las Valeras, un municipio con raíz, hunde su historia en su notable patrimonio.

Se dice en muchas ocasiones que el pasado es una corriente que arrastra el progreso e impide avanzar a todo aquel que se deja arrastrar por él. Las Valeras es una de esas rara avis a las que se referían en la época romana como únicas y especiales, porque ha conseguido transformar lo que, en apariencia, debería arrastrarle hacia el olvido y convertirlo en su mayor fortaleza. 

Este municipio conquense ha entendido que su fuerza está en su raíz, esa que nutre y llena de vida un lugar que no ha dejado de crecer en torno a su patrimonio histórico desde los primeros asentamientos que allí hubo. 

La historia de Las Valeras es la de dos municipios, Valeria y Valera de Abajo que unieron sus caminos y su futuro desde 1971. En su patrimonio y remontándonos a la época visigoda vale la pena visitar el templo de Nuestra Señora de la Sey, lugar donde se estima que en su momento se edificó la catedral visigoda. De este periodo el templo conserva el que posiblemente sea su rasgo más característico: la advocación que da nombre a la edificación y a su patrona, Nuestra Señora de la Sey. 'Sey', etimológicamente, procede de la palabra sede y se le otorgó a este lugar porque fue sede episcopal en época visigoda. 

También visigodo es el 'pozo airón', así llamado en honor a la deidad íbera de las profundidades y el agua; el acuífero de esta construcción sigue empleándose actualmente en el templo en esa continuación del uso del pasado en el presente para mirar hacia el futuro. Es precisamente ese mismo impulso el que hizo que se emplearan restos del vecino yacimiento romano de Valeria en la construcción de la iglesia, que son especialmente visibles en los pilares del templo. La adaptación y evolución de este templo continúa observándose en el artesonado del techo, que data del siglo XVI y fue subvencionado por Don Fernando de Alarcón. 

Este noble que compró el señorío de Valeria en este mismo siglo fue el responsable de la mayor época de enriquecimiento del templo dada su intención de establecerlo como panteón familiar. Siguiendo sus deseos, tanto sus restos como los de parte de su familia descansan en el interior de la iglesia. El municipio, excavando el yacimiento de sus raíces hasta las profundidades, realizó en 2011 una reconstrucción que emula la que fuera la talla original de la Virgen de la Sey, una figura sedente con el niño sobre su regazo. Adosado a este templo, declarado Bien de Interés Cultural, destaca el Museo Parroquial repleto de joyas como lienzos barrocos de García Salmerón. 

Las Valeras es un municipio comprometido con su pasado que invita a todo aquel que lo desea a conocer cómo éramos para avanzar juntos hacia lo que podemos llegar a ser.

NATURALEZA Y AVENTURA. El corazón patrimonial de Las Valeras tiende un lazo de unión con el entorno natural que las rodea con el puente románico situado a espaldas de Valeria, donde comienzan las hoces. En una orografía compleja, con un relieve ariscado marcado por las rocas calizas del río Gritos que se levantan como océanos rocosos entre la carretera que une los pueblos que conforman el municipio; este entorno se ha convertido en un enclave privilegiado para los aficionados a la escalada. 

El patrimonio natural de Las Valeras no solo lo componen hoces y acuarelas de chopos y álamos, pues situada entre Hontecillas y Valera de Abajo puede visitarse la Cueva de la Judía. Esta cavidad de origen kárstico constituye el mayor fenómeno de cavernamiento de la provincia de Cuenca. Su belleza y misterio han hecho que multitud de aventureros se sumerjan en su interior y que no pocos textos antiguos le rindan culto. Este espacio, además de una maravilla espeleológica, constituye un tesoro para la fauna, especialmente en lo referido a las diversas especies de murciélagos que allí se asientan en tiempo de cría y para las que se ha convertido en un auténtico refugio.