No era una tarde más la vivida este fin de semana en el coso de "La Sagra" de Villaseca, era la semifinal con los seis novilleros seleccionados por el jurado para definir quienes pasarían a la tan deseada final. Buen ambiente en los tendidos con aparente medio aforo, aficionados locales y de la comarca, habituales en esta plaza que disfrutan de la seriedad que se le da la liturgia de un festejo taurino.
En los chiqueros, esperaban seis erales de dos ganaderías toledanas. Tres de "Toros de Castilla", propiedad del matador de toros Morenito de Aranda, que casualmente no pudo asistir pues toreó en Burgos donde salió a hombros. Serios y en tipo, destacando el bravo "Zamoritino", lidiado en segundo lugar, que tuvo movilidad y entrega. Los tres novillos de José Manuel Galán de "La Olivilla", un punto por encima, con más romana, siendo aplaudidos de salida todos. Aunque destacó sobre ellos "Feriante", lidiado en cuarto lugar, un derroche de nobleza y clase, siendo premiado a petición del público con la vuelta al ruedo.
Se abrió de capa con gusto Nino Julien, bonita tarjeta de visita que precedió a un denso tercio de banderillas, hasta con cinco pares lo intentó el novillero para que quedasen en el lomo del eral cinco garapullos. Con ganas de triunfar se fue con decisión a por el colorado que se quedaba siempre a medio muletazo, aunque los recursos del espada taparon ese defecto. A media altura y tapándole la cara confecciono una faena solvente que no pudo ser rematada con los aceros, agradeciendo los asistentes su entrega.
Se movió mucho y por derecho "Zamoritino" al son del capote de Nek Romero que lo recibió por verónicas con el compás abierto. Un tanto desconcertante el tercio de banderillas, pues el novillo no paraba de embestir a cualquiera que anduviera por el ruedo mientras que Romero ponía empeño y voluntad con los palos. Le puso la muleta plana y tiró de él desde el principio, encajado y firme a lo que el eral correspondía con franqueza y recorrido. Bien por derechazos y mejor por naturales el espada que sufrió una voltereta sin consecuencia. La suerte suprema requirió de tres intentos tras lo cual fue silenciada su faena.
Buen concepto el de Tristán Barroso en Villaseca - Foto: DominguinAlejandro Chicharro recibió encajado a su novillo de capa, rematándolo de una media muy del gusto del público. Firme y en el centro, citó con la muleta al burel y le recetó varios estatuarios encajados a su figura. Poderoso a la vez que artista fue el trasteo muleteril, bajando la mano a la res que no tenía todo el recorrido que le requería Chicharro. A base de sitio y temple fue llevando a media altura a "Brigada", que unas veces iba con franqueza y otras se vencía contra el torero. Se tiró por derecho y la espada entró en lo alto, siendo justo merecedor del trofeo que paseó.
En el ecuador del festejo se produjo el cambio de ganadería. Un eral de "La Olivilla" de nombre "Feriante" subió el nivel de bravura a lo más alto de la tarde. Losana quiso recibirle de rodillas, con tranquilidad y empaque para luego mecer sus muñecas por verónicas rematando en el mismo centro del ruedo con una media de cartel de toros. Desconcierto en el tercio de banderillas, pues la empatía del público con las actuaciones con los rehiletes de los banderilleros convirtió la lidia en un caos. Menos mal que el animal que es bravo no acusa esos desordenes y cuando Losana lo citó por bajo, doblándose con él, el animal siguió las telas con un ritmo prodigioso. Las muñecas del novillero de La Puebla de Montalbán no fallaron, y cuando citó de nuevo de largo al eral, fueron dibujando una gran faena de mano baja y empaque. El animal embestía tan bien, tan largo, con tanta codicia que a veces desbordaba la buena actuación de Miguel Losana, que se sobreponía cada vez que volvía a correr la muleta arrastrada por el suelo rematando las tandas con larguísimos pases de pecho de pitón a rabo. Con el triunfo en las yemas de los dedos, se le escapó por el defectuoso uso de los aceros, saludando desde el tercio una gran actuación.
No quiso quedarse atrás Tristán Barroso, ante un serio animal de José Manuel Galán, que ya salió despistado y sin fijar querencias ni embestidas. Esto supuso a la postre algún que otro susto al propio novillero. La clave de su faena estuvo en la firmeza con las zapatillas clavadas en la arena, y la largura de sus muletazos, llevando siempre al novillo metido en la muleta. Cualquier duda dejaba abierta la puerta a la cogida, lo que el animal no desaprovechó hasta en tres ocasiones. Las tandas tenían emoción y eso caló en los tendidos que se pusieron de parte del novillero, que se entregó en cada muletazo. Se le atragantó la tizona, lo que no le privó de la ovación de los asistentes.
Cerraba el festejo "Jarocho" que sorteó al animal de más romana del festejo y del ciclo hasta ahora, una osadía el echar un animal así tan descompensado con sus iguales en lo que es un certamen de novilleros sin caballos. Puso ganas el joven novillero con el capote, logrando algunos lances lucidos. Con la pañosa lo quiso embeber de principio junto a tablas, y le llevó por bajo y templado todo lo largo que le permitía su brazo. Muy firme con la diestra, aguantando las tarascadas del eral que abusaba más de su fuerza que de su bravura. Al natural cogía mejor los vuelos de la muleta a pesar de salir siempre descompuesto por arriba con la testuz. El animal mejoró por ambos pitones de mitad de la faena en adelante y "Jarocho" se gustó y gustó por momentos. La espada emborronó su actuación siendo silenciada tras pasaportar al animal.
Al finalizar el festejo, y reunido el jurado, se decidió que los novilleros que participarán en la final del próximo domingo día 3 de julio ante novillos del Conde de Mayalde serán, Alejandro Chicharro, Miguel Losana y Tristán Barroso. Ha quedado como reserva "Jaracho", más que nada por si algún novillero de aquí al domingo no pudiera actuar. Del coso salió malherido y con posible lesión en un escafoides de la mano izquierda Tristán Barroso, pendiente de estudio radiológico.