San Clemente: un extraordinario tesoro patrimonial a descubrir

Lucía Álvaro
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San Clemente: un extraordinario tesoro patrimonial a descubrir - Foto: Jorge Montero

El año pasado, San Clemente fue reconocida por la sección de viajes de National Geographic como uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Cuenca gracias al inmenso legado cultural que acumula y el patrimonio que conserva en sus tres museos. En una tierra vasta, en la que la humildad del labrado se mezcla con el majestuoso pasado como capital de la Mancha Alta y la Mancha de Montearagón durante el siglo XVI surge la 'pequeña corte de la Mancha'. Este es el título que San Clemente porta como estandarte y testigo del que fue uno de los enclaves más importantes de Cuenca. 

A solo cien kilómetros de la capital provincial, paseando por el empedrado angosto e irregular de San Clemente, puede admirarse el legado a pie de calle de las casi 80 familias hidalgas que hundieron sus raíces durante el renacimiento español en el municipio. En su casco histórico se abre paso uno de los conjuntos monumentales más importantes de la provincia y que ostenta el título de Conjunto Histórico-Artístico desde 1980. Las numerosas casas señoriales y palacios de familias que aún hoy hacen homenaje a quienes fueran sus propietarios, dibujan un conjunto de fachadas artísticas coronadas por impresionantes blasones y escudos de armas. 

Así, el palacio de los Piquirroti, las casas de los señores de Bris y Ayuso, de los Martínez del Peral, de los Acacio, de Don Adrián Jareño o el Palacio del Marqués de Valdeguerrero son solo algunos de los 17 puntos de parada obligada en la ruta que descubre el noble pasado renacentista de San Clemente. Es, sin embargo, esencial nombrar la antigua Casa Consistorial situada en la Plaza Mayor. 

La esencia renacentista hace del antiguo Ayuntamiento el emblema del estilo arquitectónico civil en el lugar, situación que hizo que fuera reconocido como Bien de Interés Cultural en 1992. Este enclave cuenta con dos plantas y un torreón rematado con el escudo Real de los Austrias, similar al que se encuentra en el Pósito, perteneciente a Felipe II y también del siglo XVI con doble entrada en arco, que cierra el recorrido renacentista de San Clemente.

El patrimonio museístico de San Clemente, cada vez más rico, ha conseguido atraer a más de 4.000 visitantes, un 5% más que el año pasado. San Clemente cuenta con cuatro museos que hacen homenaje a las labores de la tierra y a su patrimonio cultural y artístico. En el interior del antiguo Consistorio, el arte contemporáneo del Museo de la Obra Gráfica de la Fundación Antonio Pérez. 

La antigua cárcel de la villa acoge el Museo de las Artes Decorativas Navideñas. La Torre Vieja alberga el Museo Etnográfico y de Labranza que esboza los oficios tradicionales y la vida manchega. La hermandad de la Virgen de Rus expone el ajuar de la patrona del municipio en su casa de hermandad.

Todo ello hace de San Clemente un tesoro en el que el pasado forma parte del presente y el futuro gracias a un conjunto patrimonial conservado de un modo excepcional. El municipio manchego es, sin lugar a dudas, un punto de referencia en la provincia para visitar y redescubrir el arte y la cultura en multitud de formas ricas y diversas.

EL ARTE 'TOMA' EL CASCO URBANO. El olor del óleo y el aguarrás envuelven el Certamen Nocturno de Pintura Rápida. Este encuentro, que abarcará desde las ocho de la tarde hasta las cuatro de la mañana el próximo 24 de agosto, es uno de los pocos eventos con esta peculiaridad de la nocturnidad que se celebra en todo el país. Este año, con su decimosexta edición, se repartirán más de 6.000 euros en premios gracias al aporte económico que realizan 150 empresas y comercios del municipio, sin las cuales no sería posible celebrar el encuentro. Como novedad, el público que acuda a la cita tendrá la posibilidad de otorgar un reconocimiento con 300 euros votando a su obra favorita. Además, entre todos los participantes inscritos en la categoría de adultos se sorteará una noche de hotel en la Casa de los Acacio, casona del siglo XVII y uno de los edificios clave del patrimonio sanclementino.