Todos los vecinos de Toledo mayores de 18, que no tengan restringido el derecho de sufragio por sentencia judicial y cuya nacionalidad les permita participar están llamados a elegir a sus 25 representantes municipales el próximo 28 de mayo. La ciudad, como el resto de las más de 8.000 localidades españolas, se constituye en un distrito único: cada voto, sin distinción del colegio en el que se emita, vale lo mismo. No existe, por tanto, una fragmentación por distritos. Sin embargo, un ejercicio de ficción diseccionando la distribución de la población de la capital regional permite una mejor comprensión del mapa electoral de la ciudad: el Ayuntamiento se decide, en buena medida, en el distrito tres.
La parte residencial del Polígono suma casi 22.700 vecinos, constituyendo la práctica totalidad del distrito (la parte industrial tiene apenas 155 empadronados) y erigiéndose en el barrio más importante de Toledo según su volumen. Casi el 27% de los toledanos viven allí: extrapolando este porcentaje al total de concejales que se han de repartir, siete ediles corresponderían a esta zona.
Además de ser el barrio con más residentes, el Polígono es el gran bastión electoral de la izquierda en Toledo. Ambas realidades esconden una paradoja: la izquierda puede ganar perdiendo; esto es, la victoria socialista en el barrio se da por descontada, pero una potencial mejora de la derecha abriría la puerta a un cambio de Gobierno municipal. En 2015, Tolón cosechó en Santa María de Benquerencia unos 4.300 votos; en 2019, fueron alrededor de 6.500 los apoyos recabados. El PP, por su parte, pasó de casi 2.600 a unos 1.600, un recorte marcado -además de por el descenso generalizado del partido en los comicios de 2019- por el fortalecimiento de Cs y la irrupción de Vox. El millar de votos de la formación naranja es una bolsa que el partido liberal aspira a mantener, pero por el que pelearán casi todas las opciones que han presentando sus listas a la alcaldía.
Los distritos cinco, cuatro y uno suceden, a partir del número de vecinos que acumulan, al distrito tres. Según la nomenclatura asignada por el Ayuntamiento, el cinco se corresponde con el distrito Norte, el cuatro con el distrito Centro y el uno con el distrito del Casco Histórico. Sin embargo, estos espacios agrupan barrios heterogéneos y con realidades sociales, económicas y políticas (según sus patrones de voto) bien diferenciadas.
En el distrito Norte confluyen barrios, en principio, más proclives para el centroderecha. Sin embargo, los socialistas ganaron hace cuatro años en el conjunto de Valparaíso, La Legua y Vistahermosa. Algo parecido ocurre en el distrito Centro, un potencial granero para Carlos Velázquez: en 2019, el PP -entonces liderado por Claudia Alonso- alcanzó su única conquista en Santa Teresa. También Buenavista ha tendido a escoger la papeleta popular mayoritariamente: en 2015, superaron por casi 1.500 votos a los socialistas, aunque Tolón se impuso por alrededor de 600 en la última cita con las urnas.
El distrito Centro, por ejemplo, incluye el área de San Antón-Avenida de Europa, una de las zonas con mayor renta per cápita de la ciudad. También dentro del distrito cuatro se encuentra Palomarejos, cuyo futuro se ha convertido en uno de los temas de la agenda política municipal. E incluso dentro del propio Palomarejos confrontan Corea con la parte final de la ronda de Buenavista, dos cuadras que tienden a votar en sentidos opuestos.
Según la simulación planteada, el distrito Norte repartiría seis concejales y otros cinco ediles los distritos Centro y Casco Histórico.
Santa Bárbara, el distrito dos, es el más pequeño en población y comprende un único barrio. La distribución sugerida asigna apenas dos ediles a la zona ferroviaria de la ciudad. La lista del PSOE ganó con claridad tanto en 2015 como en 2019.
PARTICIPACIÓN. La participación será uno de los factores que determinará el futuro del Gobierno municipal de la ciudad. Una concurrencia elevada elevaría el umbral de votos necesarios para conseguir ediles. Al mismo tiempo, la presencia de cuatro opciones que van desde el centro a la derecha, (Cs, Primero Toledo, PP y Vox) representa una incógnita que sólo el recuento resolverá: la división, en principio, allana el camino de Tolón, que compite en la izquierda contra Unidas, pero si la suma de la izquierda baja de los 13, los concejales de las otras formaciones, especialmente de las centristas Cs y Primero Toledo, decantarían el Gobierno municipal y podrían entregárselo a una coalición sin socialistas.