El CD Toledo hace años que se ha convertido en una máquina de triturar cargos, especialmente entrenadores. Alfredo Santaelena ha sido el último de una larga lista que, en los últimos 25 años, llega hasta 31 personas, varios de ellos repetidores en diferentes etapas. Lo curioso es que, desde el descenso de Segunda B, en 2018, son ya 10 los inquilinos del banquillo del Salto del Caballo. Sin lograr el crecimiento y la estabilidad que se cacarea desde los pisos altos.
¿Nadie ha logrado dar con la tecla? ¿Todo el mundo se equivoca? A falta de seis jornadas, se ha pensado que lo mejor es dar una vuelta (interesante y productiva locución del español) a la situación. Así, por quinta temporada consecutiva, el técnico titular en septiembre no terminará la temporada en mayo (o junio). El último que lo consiguió fue Manu Calleja, en la 2019/20, y porque la pandemia se comió casi la mitad del campeonato.
Además, como curiosidad, solo dos técnicos han sobrevivido a dos temporadas seguidas desde el año 2000, cuando el CD Toledo abandonó el fútbol profesional y transitó de nuevo sobre lo que, para muchos, es un lodazal, aunque sea el terreno que se ha pisado en más alto porcentaje en su historia.
El primero fue Antonio Iriondo, que dirigió a los verdes en las campañas 2005/06 y 2006/07. Disputó sendos 'playoff' fallidos en el último partido de la última eliminatoria. Luego cogió de nuevo al equipo en Segunda B, como relevo de Luis Díaz en el curso 2009/10. El otro agraciado fue Onésimo Sánchez, que llegó en el verano de 2015, y se mantuvo hasta enero de 2018. Dos temporadas y media. 932 días. Un superviviente.
Tras la dupla José Ramón Corchado-José Aurelio Gay en la temporada 2000/01, Santiago Martín Prado 'Pradito' (2001/02) y Antonio Ruiz Vilches (2002/23) aguantaron un año completo. También lo hizo Carlos Sánchez Aguiar, campeón sin ascenso, en la campaña 2007/08. Y temporada y media estuvo Luis Díaz, la 2008/09 y parte de la 2009/10, en Segunda B. En esta categoría es cuando el conjunto capitalino halló mayor equilibrio en el banquillo. Aguantaron un año Imanol Idiakez (2013/14) y Josip Visnjic (2014/15). Antes lo había hecho, con ascenso incluido, Abraham García en la 2012/13.
Más recientemente, tras descender de Segunda B en 2018, los palos de ciego se han incrementado. Ese curso 2018/19 se le encomendó a Fran Cano. Pero duró muy poco tiempo. En noviembre se llamó a Manu Calleja, que aguantó hasta la pandemia. A continuación, Roberto Aguirre parecía un técnico sólido que podía liderar otro ascenso. Al final, se le sustituyó por Diego Merino, que fue quien acabó saliendo en la foto de la nueva Segunda Federación.
Pero no aguantó el salto de categoría, y se recurrió a JAvi Sánchez. El CD Toledo acabó colista. Ya con la nueva propiedad, se pensó en Aitor Gómez, tras su éxito en el Marchamalo, pero se le tuvo que cambiar sobre la marcha. A él y a media plantilla. El elegido fue Manolo Alfaro, que ya fue recambio de Luis Díaz en la temporada 20211, y se quedó en la siguiente, aunque sin acabarla (le reemplazó Antonio Acosta). El de Alcalá de Henares no aguantó el tirón, y Carlos Gómez fue el revulsivo para reconducir la situación, con riesgo de descenso aPreferente incluido.
El ex del Quintanar del Rey también parecía un técnico firme para sacar al Toledo de la Tercera, pero la impaciencia pudo a sus dirigentes de nuevo en la temporada 2023/24. Rubén Gala rozó la proeza al clasificar al club para la eliminatoria nacional, pero el Almería B cercenó las ilusiones. Y no se quedó. Lo demás ya lo han vivido esta campaña.