La cesta de la compra importa un 38% más que hace tres años, según los datos aportados por la Organización de Consumidores y Usuarios. El incremento de los precios ha disparado, además de otras partidas relacionadas con el transporte, los servicios, la energía o el bienestar, el coste de la alimentación. En el ejercicio comprendido entre 2020 y 2023, gran parte de los productos destinados a la ingesta humana se han encarecido; algunos, incluso, han duplicado su precio.
De los 122 alimentos «muy habituales» con que la OCU realiza su indicador, se observan alzas en casi todos ellos. La cesta de la compra estándar con que trabaja la organización incluye alimentos frescos, marcas blancas y marcas de fabricante. Solo en cuatro de los productos que integran este índice se ha registrado algún descenso, aunque en todos los casos se trata de bajadas «muy pequeñas».
Los principales incrementos se observan en alimentos muy habituales en las mesas de los ciudadanos. El litro de aceite de oliva suave, un producto fundamental de la dieta mediterránea y referencia agroalimentaria en la península, también en la provincia de Toledo, se ha disparado un 225% respecto al año en el que se inició la pandemia. El azúcar, por su parte, repunta un 91% en los últimos cuatro años. Otros incrementos significativos se constatan en el zumo de naranja (81%), la docena mediana de huevos (67%) y el kilo de arroz redondo (66%).
«De media, las alzas han sido de un 38%, cifra cercana a la calculada por el INE, que fija el IPC de los alimentos en un 30% para ese periodo», confirma el informe elaborado por la OCU. Además, «otros grupos de alimentos como carnes, pescados, pastas o conservas experimentan ascensos muy parecidos, todos entre el 34% y el 47%», indica el estudio. El «estratosférico» repunte del aceite de oliva suave de marca blanca alcanza un tamaño similar el caso del aceite de oliva virgen extra, que pasa de una horquilla de entre «4 y 4,50 euros por litro en 2020 a los 10 euros que cada botella cuesta en la actualidad», apunta Itziar Fernández, delegada de la OCU en Castilla-La Mancha.
CAUSAS DEL REPUNTE. Las principales distribuidoras apuntan al incremento de los precios en origen, un hecho que las recientes movilizaciones del sector agrario parece desmentir. Los agricultores y ganaderos han afrontado el alza de los precios del combustible y los fertilizantes, entre otros insumos, una circunstancia que ha encarecido su producción. «El aumento empieza en los precios que cobran los productores, de eso no hay duda, aunque esto no implica que estén sacando mayores beneficios», apunta el informe de la OCU.
Para paliar los efectos de la carestía en la alimentación, la organización reclama al Gobierno central la prórroga, «al menos hasta final de año», del IVA al 4% para los productos básicos, una categoría en la que pretenden que se incluya a la carne y el pescado. Además, la organización de consumidores plantea extender el bono social de 200 euros para la compra de víveres.
La bajada del precio de la cesta de la compra, pese a la contención de la inflación, parece improbable.