Roberto enlaza un encomio en recuerdo de María Belén Sánchez Moreno. Su cadáver apareció el 7 de octubre de 2023 por la noche en un camino transitado del pueblo. Homicidio. La conmoción se apoderó de los 350 vecinos y sigue estragando el espiritu de sus paisanos. El pavor se agigantó con la detención y el ingreso en prisión provisional de un pelacuco, Fernando, como presunto autor del crimen.
Roberto García, del Partido Popular, ejerce como alcalde desde mediados de 2023. Durante los meses posteriores, Belén emergió como «una buenísima amiga» que lo ayudó a enraizar en un pueblo casi desconocido. El político comía con frecuencia en 'La Boyería', el bar y restaurante que capitaneaba con soltura esa mujer de 45 años y 1,75 de altura.
La complicidad con el alcalde se extendía al resto de los vecinos. «Era cariñosa, activa, solidaria y siempre arrimaba el hombro a favor de cualquier vecino. Era una mujer todoterreno», describe .
El luto permanente de Pelahustán por BelénPrecisamente, esa personalidad extraordinaria flotará esta tarde, a las 19 horas, en la plaza Vieja. El Ayuntamiento serrano ha convocado a los vecinos para manifestar su repulsa al crimen y homenajear a su querida allegada. Animan a llevar velas y flores junto a un retrato de Belén. Y habrá un altavoz para expresar anécdotas, recuerdos y mensajes de cariño.
Roberto añade en palabras a este diario que la concentración incluirá la petición del endurecimiento de las penas contra los autores de crímenes como el de Belén. «La recordamos constantemente. No hemos podido olvidarla ni un segundo. Voy casi a diario al ayuntamiento y paso por el bar; es inevitable acordarse de ella», se desahoga el alcalde.
La conmoción dura en Pelahustán, aunque quizá sin esa fuerza que lindaba con la obsesión. Las mujeres del pueblo se negaban a salir solas a pasear; ni se atrevían a pisar el campo. Incluso los vecinos salían armados, con navajas, por si acaso. Ahora, la localidad serrana ha ganado confianza, pero con la sombra negra del crimen a cada paso.
El presunto autor tiene 40 años y un reguero de adicciones; residía en el pueblo con su madre y su hermano. La Guardia Civil tardó sólo 48 horas en mover ficha. «¡Ya sé quién es! No me jodas que ha sido ese», exclamaba sorprendido al día siguiente un pelacuco en plena mecha de desenmascaramiento del detenido.
El bar 'La Boyería' reabrió el Domingo de Ramos, cinco meses después del crimen. La pareja de Belén ha mantenido el espíritu; nada ha cambiado de la decoración. El olor y el sabor de la comida recuerdan a su querida vecina. El negocio, abierto hace unos 10 años, oferta un menú diario en este pequeño pueblo serrano. Fue el alma de las fiestas en honor del Cristo de la Esperanza, ese último 14 de septiembre para Belén, inolvidable en el bar de la plaza Vieja, a un costado del Ayuntamiento.
La despedida fue multitudinaria. Ramiro, Javi y Luis, los hermanos de Belén Sánchez Moreno, aguardaban descompuestos junto a la entrada de la iglesia de San Andrés Apóstol. Era el 10 de octubre.
Belén había regresado días antes del Camino de Santiago. Salió aquel 7 de octubre aciago a probar una bicicleta recién arreglada. No regresó. «¡Madre mía, lo que nos ha pasado!», acertaban a decir los familiares apostados en la iglesia de San Andrés Apóstol.
Javi, Ramiro y Luis encabezaban el sepelio de su hermana, quien apareció muerta a golpes de piedra a un kilómetro de la iglesia, en un camino paralelo a la CM-5005. Tan cerca, que multiplicó la contusión de realidad. Porque 'La Boyería' está a 50 metros del templo y la casa del acusado, a 150 metros. La bicicleta apareció a 100 metros apoyada en una pared, horas después del hallazgo del cadáver.
«No tiene nada que ver una muerte natural a esto. Llega más fuerte a todo el mundo», reflexionaba entonces un anciano en uno de los corrillos junto a la iglesia. Ese dolor sigue vigente y se compartirá esta tarde en la plaza Vieja, junto al bar y restaurante 'La Boyería', el legado del alma de Belén Sánchez Moreno.