La provincia registró 5.321 nacimientos en 2024, un 2,4% más que en el año anterior. Se trata del dato más cuantioso desde 2020, aunque se mantiene en la franja baja de la serie histórica. La natalidad experimenta un leve repunte desde el mínimo marcado en 2021, cuando se contabilizaron en Toledo 5.069 alumbramientos, pero las cifras se mantienen lejos de las alcanzadas en las décadas centrales del siglo pasado y en algún momento de los primeros años del actual.
Los nacimientos también se incrementan en el conjunto de la región y en todas sus provincias. Castilla-La Mancha celebró la venida de 14.420 bebés en 2024 frente a los 14.075 de 2023, un repunte del 2,5%. El acumulado más cuantioso en términos relativos se produce en Cuenca, con un 9,6%.
La concurrencia de dos factores se apunta como posible causa de la leve subida de la natalidad en Toledo. Por una parte, la población se ha incrementado de forma sostenida en la provincia durante el último lustro, con casi 50.000 personas más en cinco años. Entre los llegados también hay población en edad de tener o aumentar su familia. Por otra parte, la mejoría de los indicadores económicos, especialmente el descenso del paro y un cierto control de la inflación, propician un horizonte de mayor estabilidad aparente.
En cualquier caso, el tímido alza de los nacimientos no es suficiente para igualar el dato de fallecimientos. El pasado año, la provincia lamentó la pérdida de 6.213 personas, un guarismo muy superior al de las 5.321 vidas alumbradas. El crecimiento natural negativo caracteriza la evolución demográfica de Toledo en los últimos años, aunque la masiva llegada de flujos migratorios, procedentes tanto de otros lugares de España como de terceros países.
Entre los vecinos recientes, cabe reseñar la habitual presencia mayoritaria de varones. En la provincia, nacieron 2.719 hombres y 2.602 mujeres. Por tanto, el 51,1% de los bebés toledanos de 2024 fueron chicos.