El cuartel de la Guardia Civil no es la única infraestructura pendiente de acomodarse en el calendario. El alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, tiene claro que el Ayuntamiento «no va a mirar para otro lado» en los temas vitales para la ciudad y espera que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible apueste por cerrar la A-40 con el tramo de 50 kilómetros que faltan, entre Ocaña y Toledo. Una petición que también ha elevado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que anunció hace horas que cuenta con el compromiso del titular de esta cartera, Oscar Puente.
Por su parte, Velázquez entiende que es necesario reclamar al Ministerio el cierre de esta autovía, que incluye una circunvalación en Toledo «que contribuiría a mejorar muchísimo el tráfico en la ciudad y a aliviar la A-42».
Si bien, el alcalde destaca que la competencia no recae en el Ayuntamiento y la ciudad tendrá que esperar a la decisión del ministerio. Mientras tanto, el equipo de Gobierno municipal trabaja en la mejora y creación de nuevas infraestructuras y Velázquez aludió al Plan Especial de Infraestructuras para el vial de conexión entre el Polígono y Azucaica que aprobará el Ayuntamiento en los próximos días. De momento, la Junta de Gobierno Local de ayer llevó el requerimiento de la documentación necesaria que debe aportar la empresa preadjudicataria, un paso previo a la adjudicación definitiva de este contrato.
Por otra parte, Velázquez se refirió a otra infraestructura necesaria, la futura autovía entre Ciudad Real y Toledo. En este caso, espera que la iniciativa «no caiga en el olvido» porque se trata de un proyecto «importantísimo» para unir dos capitales de la región. Al alcalde le cuesta pensar que estas dos ciudades no dispongan de una conexión directa y se tarde «una hora y tres cuartos en un recorrer 111 kilómetros».
También le llama la atención que todavía la conexión entre Ciudad Real y Toledo entrañe riesgos y los conductores tengan que atravesar municipios porque considera «que era algo del siglo XX».