Cuando en 1979 se fundó la Asociación de Vecinos 'La Verdad' de San Antón, una de sus primeras 15 reivindicaciones que entregó en su primer escrito al Ayuntamiento democrático fue un centro social y cultural para luchar contra la marginalidad del barrio. Tal era la situación, que se comenzaron a proyectar películas en un corral a falta de respuesta municipal; algo que se ha extendido más de cuatro décadas y media, y que seguirá, a tenor de que la esperadísima opción del gimnasio de San Lázaro se acaba de marchar al limbo.
En estos 46 años, una vez conseguido el hogar del jubilado, la gran demanda de San Antón y 'La Verdad' sigue siendo este centro social y cultural. En su ausencia, se han perdido por el camino un grupo de teatro, que no tenía dónde ensayar, o varios artistas sin espacio para exponer, y los residentes han tenido que hacer sus actividades en lugares de prestados o alquilados, como Toletum (que ya no pueden utilizar por su carácter universitario) y Zocoeuropa, con la vista puesta en la vana ilusión de San Lázaro.
Porque, aunque los vecinos ya lo conocían desde unos meses antes, la inauguración del gimnasio por parte de Ilia Topuria ha confirmado que su temor era cierto, el gimnasio de San Lázaro va a tener solo un uso deportivo. «Y somos el barrio más marginado de la ciudad», apunta el presidente vecinal, Tomás Ruiz.
Esta decepción viene tras años de lucha por la recuperación del proyecto, en los que, como ha recordado en redes el edil de IU, Txema Fernández, «hasta en dos ocasiones se incluyeron partidas presupuestarias para que San Lázaro fuera lo que querían los vecinos y en las dos ocasiones no se ejecutó ni un céntimo de euro. Ahora, sí se han hecho obras, pero sin atender a quien lo necesita».
En su momento, recuerda Tomás Ruiz, se formó un grupo de trabajo en el Consejo de Participación para plantear alternativas y actividades, en el que también participaban vecinos de la zona de la Reconquista, dado que también están cerca del espacio e igualmente carecen de centro cívico.
Más recientemente, 'La Verdad' ha planteado un proyecto mixto, junto a la asociación de esgrima, para hacer compatible la práctica de este deporte con actividades culturales y sociales, gracias a unos paneles corridos. Pero no ha podido ser, y al final el centro va a tener una función exclusivamente deportiva, mientras que también se caen otras opciones de espacio cívico, como el mencionado Toletum.
Discriminación. Ante esta circunstancia, apunta Ruiz, San Antón se siente discriminado, al ser el único barrio de la ciudad de unas dimensiones bastante grandes, junto a la avenida de Europa, e incluso la cercana Reconquista (lo que puede sumar más de diez mil residentes), que no tienen este espacio social y cultural. De hecho, el presidente vecinal se lamenta de que mientras que en otros barrios ya tienen renovados los viejos centros, o se levantan nuevas instalaciones en nuevos barrios, como Valparaíso, San Antón sigue sin una alternativa.
De momento, desde el Ayuntamiento «se nos mantiene expectantes, porque dice que posiblemente en breve nos vayan a ofrecer una solución», pero los vecinos no se imaginan cuál puede ser. De forma que «no solamente estamos limitados a hacer algo los vecinos de San Antón, sino que las actividades que organiza el Ayuntamiento en los barrios aquí tampoco puede hacerlas, porque no tenemos local». Los antecedentes de las últimas legislaturas no invitan al optimismo.