La ministra portavoz, Pilar Alegría, se empeñó a fondo para desmentir las informaciones que publican medios de comunicación sobre las actividades poco claras de miembros del gobierno – por no decir presuntamente delictivas- e incluso de la mujer del presidente.
Alegría fue muy contundente en sus respuestas: la propuesta de referéndum del presidente de la Generalitat es "radicalmente opuesta" a lo que defiende el gobierno; la actitud de Begoña Gómez al enviar cartas al gobierno para que conocieran su apoyo a una empresa que licitaba a un concurso, y que consiguió los contratos, fue "impecable"; la oposición mantiene una actitud "destructiva" y que "en política no vale todo". Sobre esta última afirmación de la ministra debería tomar nota el Gobierno y el PSOE, porque efectivamente no vale todo, o no debería valer. Y eso incluye que el gobierno no puede engañar a los ciudadanos para conseguir poder o más votos, ni vale mentir sistemáticamente, ni utilizar a la Fiscalía a conveniencia, ni eliminar del código penal el delito de sedición y rebajar las condenas por malversación. Reformar el código penal a la carta es propio de países dictatoriales, no en democracia.
Cuanto más contundente es el tono que utilizan los portavoces del gobierno o del PSOE, más motivo hay para sospechar que los desmentidos tratan de ocultar que algo se está preparando en las alturas. Algo que está en la línea de lo que denuncian medios de comunicación y el principal partido de la oposición. Por no mencionar lo que repiten Puigdemont y Aragonés: dijo Sánchez que no pactaría con Podemos, no eliminaría la sedición ni aprobaría una Ley de Amnistía, y … ahí están los hechos.
Para desgracia de Pedro Sánchez, su credibilidad es inexistente. Cuenta con millones de fieles que nunca dejarán de votar "al partido" aunque su secretario general les mienta sistemáticamente. Pero esos votos decrecen peligrosamente. ¿Por rechazo a sus mentiras, por someterse a los chantajes de sus socios?
Si tan limpios es la hoja de servicios de algunos personajes cuyo comportamiento se encuentra en entredicho, no se comprende que no se hayan presentado ante un juzgado para presentar denuncias por injurias o por difamación. El que calla otorga y en estos tiempos electorales, precedidos de decisiones de Pedro Sánchez negó taxativamente que se pudieran producir, sería muy sano que quienes van a votar dentro de unos días en el País Vasco, Cataluña y en toda España en las europeas, supieran exactamente cuáles son los propósitos del presidente de gobierno y secretario general del PSOE respecto a asuntos de relevancia máxima. Desde el referéndum de Cataluña, hasta qué piensa hacer si el Tribunal Supremo paraliza la ejecución de la amnistía, como puede ocurrir en cuanto presenten cuestión previa en el Tribunal de Justicia Europeo.
O si va a investigar qué ocurrió con el concurso al que se presentó una empresa cercana a su mujer, si el procedimiento ha sido tan impecable como dice la ministra Alegría.