«El CiBRA funciona, así que si se le pone gasolina, vuela»

M.G
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El director del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA) nos habla de la organización de esta decimoquinta edición, de las facilidades y dificultades para organizar la programación. El festival continúa creciendo y consolidándose año tras año

Gabriel Castaño, director del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA) - Foto: David Pérez

En estos días Toledo celebra la XV edición del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA). ¿Qué nos trae el cine y la literatura en esta ocasión?

La temática es el humor. Las hemos pasado de todos los colores en estos quince años y queríamos reírnos de todo lo bueno y lo malo. La comedia parte de la tragedia y cuando esta última la ves con perspectiva te hace reír. En esta edición jugamos con el humor a través de la película 'Días de fútbol', que cumple veinte años. Para mí es como si fuera un clásico contemporáneo porque es de esas películas que envejecen bien y se van a quedar ahí como las de Berlanga o las de Cuerda. 

Además, la característica de este año es que sin quererlo hemos crecido porque cuando hemos ido a presentar ciertas propuestas nos han dicho que sí y a la vez el trabajo con las productoras y distribuidoras es cada vez más sencillo, así que en el mes de julio tenía ya la programación hecha. Las productoras se dan cuenta también de que venir aquí es bueno para ellas para promocionar sus títulos y tenemos que valorarlo. Nosotros lo hacemos y espero que la ciudad también valore esos esfuerzos de que aquí se estrene la película y venga el elenco porque empezamos a normalizar algo que no es tan normal.

El homenaje del CiBRA en 2021 fue para 'Alatriste' por su decimoquinto aniversario y esta vez 'Días de fútbol' por el vigésimo... ¿Buscará el festival celebrar cada año el aniversario de una película de peso?

Sí. Hay que aprovechar todas las oportunidades. Con 'Alatriste' surgió la oportunidad y vimos que había opciones de contar con el director y con Viggo Mortensen y tiramos para adelante. Esta vez lo teníamos pensado en enero y hasta verano no lo tuvimos atado. Si no hubiera salido hubiéramos hablado del humor en general. Siempre que encontremos un leit motiv que nos venga bien habrá que aprovecharlo.

El festival tira de humor este año. ¿Os lo tomáis con humor también cuando se os cierran puertas?

No sé los síes que habrá en el programa, que son muchos, pero los noes se multiplican por cuatro y por cinco. Con el paso del tiempo esos noes en las áreas programativas, salvo por agenda, se van minimizando mucho, pero buscamos a muchos niveles y distintos patrocinios y ahí tenemos muchos noes al año. Al final, te lo tomas con humor porque como tenemos los síes y el programa sale eres consciente de que no puedes completar todo lo que quieres. En algunas cosas pones más esperanzas y en otras menos. También ocurre que puedes tener un sí y por agenda o cualquier otro motivo se convierte en un no, pero se lleva bien viendo que la gente valora el trabajo que haces y te lo tomas con humor. 

Los pases de películas en el Hospital de Parapléjicos es una de las grandes novedades de este año. ¿Cómo surgió la iniciativa?

En principio, estaban previstos tres y finalmente serán cuatro. Surge porque buscando alianzas para seguir creciendo empezamos a trabajar con Fundación La Caixa y nos dijeron que hiciéramos una propuesta. Tenía dos propuestas encima de la mesa, pero en una charla presentándolas me acordé de que cuando empezamos en La Puebla de Montalbán ya intentamos crear una alianza con el Hospital de Parapléjicos. Enseguida en el hospital dijeron que sí, nos encontramos una gran facilidad y ha sido muy fácil poder llevarlo a cabo porque todo el mundo iba en la misma dirección. 

Al comienzo, teníamos tres pases preparados y el del 'Maestro que prometió el mar' pensábamos hacerlo en otro sitio, pero la distribuidora se enteró de lo de Parapléjicos y nos dijo que quería hacerlo allí. El Hospital de Parapléjicos puede tener mucho recorrido en el CiBRA y la idea de la inclusión ha gustado mucho. 

Hay más novedades. El premio Alice Guy recaerá en la veterana actriz Lola Herrera y esta vez se ha programado  un evento especial con ella al margen del premio en la gala final.

No podemos dejar pasar oportunidades. Cuando tienes un proyecto pequeño y tiene margen hay que aprovecharlo. Llevamos en contacto con Lola Herrera desde antes de pandemia para hacerle un homenaje, pero ella no paraba con su montaje 'Cinco horas con Mario'. Hemos buscado agenda con ella y un sitio destacado como el Museo de Santa Cruz para que pase una hora en el CiBRA. El evento lo va a  moderar Jesús Cimarro, uno de los grandes productores de teatro de este país y una de las personas que mejor la conocen. 

El festival todavía no ha desvelado los nombres que vendrán a los Encuentros de Cine 'Reyes Abades. ¿Ya hay confirmados?

Acabamos de cerrar tres de los cuatro que se programan y nos falta uno por encajar la fecha. Hay años que estas iniciativas salen pronto y otros años más tarde. Vamos a tener gente muy potente e incluso de Hollywood. Vendrá Carolina Jiménez, una profesional de efectos digitales que ha hecho 'Terminator' y muchas otras producciones. Llevábamos mucho tiempo detrás de ella, pero trabajaba en Canadá y hemos aprovechado ahora que lleva dos años en Tenerife.

Además, tendremos al productor creativo de la película  'Robo Dreams' que explicará cómo se crea la idea inicial de una película de animación y su trabajo hasta el final. Estamos cerrando también con Arantxa Echevarría, que dará una masterclass de dirección y de guión. Y el último será el de Suko, un paisano de Puertollano, coordinador de guiones y con una sección  en el programa 'El Hormiguero', para hablar de humor. 

Tener a Suko me hace mucha ilusión porque me crucé con él hace un año y a mí me sonaba un montón, pero no sabía de qué. Él me saludó y me dijo que había sido voluntario del CiBRA durante dos años. Es una persona que ha arriesgado mucho y es un personaje necesario e inspirador para los jóvenes porque pasó de Puertollano a que un día Pablo Motos le dijera te quiero aquí.

Las jornadas de Cine y Educación vuelven a tener un peso importante en la programación.

La parte docente es muy importante para nosotros. Tenemos estas jornadas, los Encuentros de Cine y el Minicibra, que este año volvemos a meter a más escolares de la provincia a pesar de que es una apuesta deficitaria para el festival. Aun así, hay que mantenerlo porque es una gran satisfacción ver cómo lo disfrutan y cómo los niños con discapacidad forman parte de este proyecto. 

En las jornadas de Cine y Educación contaremos con la actriz Susi Sánchez, Pablo Berger presentará su película y dará una charla a los docentes de una producción con la que se puede trabajar en las aulas. También vendrán a hablar del 'Hijo zurdo' los protagonistas de la serie y disfrutaremos de docentes especializados en audiovisual porque su presencia es muy importante para conseguir el objetivo, meter el cine como herramienta transversal en las aulas y canalizarlo a través de los móviles y las tablets por el lado positivo. Nos quita mucho tiempo y supone un gran esfuerzo para conseguirlo, pero nos da mucho rédito y el presente pasa por ahí. 

La literatura es parte esencial del programa y este año se dedica, en buena media, al género de terror. 

En realidad, es una programación de un mes de Hojablanca y nosotros colaboramos, también intentamos hacerlo con todos los agentes culturales, aunque algunos se quedan fuera porque llegan tarde o por lo que sea. Es una alegría plantear iniciativas literarias y trabajar con los libreros es maravilloso. Además, se incluyen autores locales, como José María González Cabezas y Macarena Alonso. Por otro lado, traemos figuras como Ray Loriga para presentar su novela, un acto que presentará Díaz Yanes. También hemos creado un premio que llevaba dos o tres años guardadito y tendremos a Javier Cercas, uno de los grandes autores del país, al que daremos el primer premio honorífico a las letras del festival.

La gala de clausura del año pasado se dedicó a los niños del cine español. ¿La de este año será al humor?

Sí. Vamos a crear una gala para reírnos y pasarlo bien. El espectáculo es fundamental. Estamos muy contentos porque hemos llegado a un acuerdo con la Real Escuela de Arte Dramático (Resad) donde los alumnos de último curso van a hacer las prácticas con nosotros. El acuerdo era para diez alumnos, pero ha habido tantos que hemos tenido que ampliar. Eso nos motiva porque son actores y actrices que están dando el paso a la profesionalización y tener gente de este nivel es calidad. 

Además, tenemos una banda de doce o catorce músicos buenísimos, actores, actrices y bailarines, pero todo eso con el tiempo muy justo porque hacemos algo ad hoc, no cogemos nada producido aunque pueda funcionar. Si la gente supiera todo esto le daría un gran valor. Nuestra gala la queremos mimar, es la guinda del pastel y es lo que da visibilidad a todo lo que se hace. Siempre hemos apostado por ella y los invitados se quedan muy sorprendidos cuando participan.

¿Podrá seguirse en streaming?

Lo estamos valorando. El streaming con una realización es muy costoso. Además, es complicado porque si tuviéramos que hacer una gala con realización necesitaríamos muchos más ensayos. Vamos a intentar que haya una cámara y que se pueda seguir con una realización sencilla. 

Una vez que finalice el festival, ¿habrá actividades en otras fechas como en ediciones anteriores?

Sí, claro. No vamos a dejar escapar nada. Si alguien se cruza en el camino y no ha dado tiempo a que entre hay que aprovecharlo. Recuerdo el año que estuvo aquí Leonardo Padura. No podía venir al festival y nos prometió que cuando tuviera tiempo nos lo diría y lo hizo. Presentó aquí su libro antes que en Madrid. porque nos lo había prometido. Que la gente quiera venir nos pone muy contentos y si alguno quiere hacerlo en agosto, pues cuando sea. 

Los aforos para el festival se están quedando pequeños desde hace tiempo y mucha gente se queda sin poder disfrutar de pases y de eventos. ¿Hay que buscar alternativas?

Tenemos que hacer una reflexión y arriesgar en algunas iniciativas duplicándolas para ver cómo funcionan. El horario ideal es el que es y cuando pones otro más puede que no funcione, pero hay que arriesgar. Ya hicimos una vez una prueba piloto antes de la pandemia y funcionó bien, pero para hacerlo hay que analizar si va a merecer la pena. También tenemos el handicap de los espacios. Intentamos cubrir toda la ciudad y disponer de espacios significativos, pero es un esfuerzo económico muy importante. Evidentemente, si en vez de un aforo de 200 hay uno de 400 sería genial, pero a veces no se puede porque no nos dejan estar en algunos de ellos. Tenemos que hablar y plantearlo donde corresponda. Los espacios ideales son Liberbank, auditorio de Caja Rural, pero lleva tiempo y trámites burocráticos y a veces no llegamos a tiempo, y algunos espacios públicos. 

Hace un par de años decías que te encantaría que las administraciones vieran el CiBRA como una oportunidad a la hora de invertir. ¿Están abriendo los ojos?

Lo valoran. He tenido las reuniones con las administraciones, incluso con la Consejería de Cultura, que aunque tengan el mismo signo ha cambiado también, y estoy contento con los primeros contactos. Sé que lo valoran y entiendo que hay que gestionar muchas más cosas, pero el proyecto tiene un potencial increíble, funciona, así que con lo que se está sembrando si inviertes en ese motor y le pones  gasolina, vuela. 

No puedo decir que no esté contento, pero no nos podemos conformar. Veo los proyectos en la propia región, que nos doblan o más el presupuesto y nosotros estamos a la altura de las circunstancias. Si conseguimos que las administraciones se lo crean de verdad e inviertan se van a dar cuenta de que los recursos están ahí. Con poco se está haciendo mucho y se cumplen los objetivos. Aquí tenemos un escaparate maravilloso para poder potenciarlo más. Las administraciones son claves, nos tenemos que mover a nivel de patrocinios, optimizar todos los recursos y conseguir oportunidades. Pero nuestra tranquilidad tiene que ser que haya gente que se lo crea y estoy convencido de que lo conseguiremos.

¿Y cabe la posibilidad de implicar también al Gobierno central?

En otras ediciones hemos recibido porque nos presentamos a las ayudas del ICAA. Este año hemos tenido un problema de tiempo. Por ahí también tenemos que crecer y para hacerlo hay que profesionalizar. El festival está profesionalizado por la parte del trabajo, pero no por el sueldo, cada uno tenemos nuestro trabajo al margen. De esta manera, conseguiríamos más recursos si tuviéramos disponibilidad todo el año. Aún así, conseguimos mucho porque trabajamos mucho, el CiBRA se está consolidando y fluye. Ahora con tres llamadas tienes la gestión hecha y notas que las productoras están contigo porque también les interesa. 

¿Te sorprende la polémica suscitada a raíz de las dos pantallas que colocó el festival en el Miradero?

Sí. El tema de la seguridad no tenía problema porque teníamos un informe y lo hemos hecho con una empresa técnica profesional que trabaja en todas las partes del mundo. Nuestra idea era que la gente se enterara del CiBRA con los recursos que tenemos, como ocurre en otras ciudades. Este año se planteó la idea de las pantallas y quisimos dar más colorido, pero no pensé que iba a dar problemas, contamos con la autorización del Ayuntamiento y lo vimos bien. Pero se ha generado polémica y hemos decidido retirarlas porque no estamos trabajando todo el año para eso y no queremos generar malestar a nadie. 

A veces me da rabia porque hay gente que habla detrás de un nick anónimo y pone su ley encima de la mesa. Me ha llamado mucha gente para decirme que les duele lo que ha ocurrido. No voy a entrar si hay una ordenanza o no que se incumple, pero más allá de esto lo que no quiero es problemas, prefiero hablar de las pantallas de dentro, donde se apagan las luces. El año que viene intentaremos ver si se puedan poner en otros sitios, ahora ya no da tiempo

El año pasado ya se decía que 2023 sería el año del cine, del crecimiento de los espectadores y del estreno de producciones. ¿Se están cumpliendo las previsiones?

La pandemia afectó al cine, no tanto por el miedo que había a las salas, sino por las rutinas. Como no se podía ir se cambió por otras rutinas. En España se están haciendo muchos esfuerzos y a gente como Santiago Segura habría que darle un premio porque consigue que las salas se llenen. Al final, un distribuidor y un exhibidor necesitan que las salas se llenen porque están hechas explícitamente para ir al cine y van buscando títulos para conseguirlo, con cine más comercial y menos. El cine nunca se va a acabar, aunque se le está dando una estocada dura que le pasa mucha factura y el equilibrio es muy difícil porque a la que algo se cae ya no se levanta.. Es como leer, se decía que todo el mundo iba a hacerlo en un ipad y una tablet, pero se siguen vendiendo libros.

También las plataformas son competidoras directas...

La clave está ahí. En las plataformas hay una ventana no escrita que dice que se va a pantalla de cine cuatro meses y después a dvd y a plataforma. Muchas productoras de las películas tienen plataformas, acortan esos tiempos y hace que sea imposible que la gente pueda disfrutar el cine. No conozco los números, pero no sé qué mal hace que las películas puedan estar más tiempo en el cine.  Debería haber un acuerdo y son las distribuidoras, dueñas a su vez de plataformas, las que tienen la clave. 

¿Ayudaría también abaratar más las entradas? El comentario general suele ser que el cine es caro.

Me consta que se intenta y que hay opciones para que haya días con precio menor. Al final, es un negocio, el coste de la vida sube y no podemos meternos en la cabeza de otros sin saber sus números, pero aún así se está intentando fidelizar a la gente para ir a los cines. En Toledo tenemos también la apuesta complementaria del Cineclub, un cine accesible y a tres euros. El esfuerzo tiene que hacerse por parte de todos para que el cine sea sostenible, con lo que también el público tiene que valorar que la sala está específicamente hecha para eso. 

¿Qué pasa con la Ley del Cine? En principio,  se trataba de un proyecto con grandes expectativas.

Era una ley con la que todos estaban de acuerdo, pero los tiempos se alargaron y llegaron las elecciones. Habrá que ver qué pasa. Si el Gobierno es continuista no debería haber problema. La Ley del Cine es fundamental y hay que mirar a Francia, allí hay una industria de verdad, se trabaja bien y lo tenemos cruzando los Pirineos. En este ámbito se trabaja mucho también por debajo de la ley con el cine independiente, clave en el cine español. La mayoría de las producciones lo son y hay que protegerlo porque está dando muy buenos resultados. Esta generación nos está dando lo que no había pasado nunca, ganar en Berlín, estar en festivales reconocidos y es importante que se cuide. Por eso, es importante invertir porque es ayudar para ganar más, pero hay bastante desconocimiento. 

¿Tienes ya en la cabeza el CiBRA de 2024?

De los noes que salen del 2023 hay muchas opciones para el próximo año. Siempre estoy metido en el tema y ya voy viendo quién rueda, las historias y las películas. La parte más bonita del festival para mí es desde que liquidamos en enero hasta que llega Cannes porque es todo soñar y opciones. El problema viene después, cuando hay que conseguirlo y ejecutarlo. Lo paso muy mal y algo funciona mal en mi cuerpo cuando me dejo el alma porque el CiBRA salga y estoy deseando que acabe. No lo disfruto como debería hacerlo.