Borja Sémper es portavoz y vicesecretario de Cultura del Partido Popular. La pasada semana visitó Toledo en un acto de partido para reunirse con un viejo amigo, el que ahora es el alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez. La figura del regidor toledano desde Génova, el panorama nacional actual o lo que opina de Emiliano García-Page fueron algunos de los asuntos a tratar de Sémper con La Tribuna.
Has venido esta semana a Toledo, ¿qué hace Borja Sémper por la capital de Castilla-La Mancha?
Pues básicamente porque me ha invitado Carlos Velázquez, que además de un grandísimo alcalde es buen amigo y cualquier invitación a Toledo debe ser respondida con un sí.
He venido a título personal en visitas privadas con cierta frecuencia, pero tener la oportunidad de hacerlo con el alcalde de la ciudad como cicerone es un lujo que no hay que desaprovechar.
Cuando llegaste le diste un abrazo a Carlos y le dijiste que tenía muy bonita la ciudad, ¿has visto algo diferente en ella desde que Velázquez es alcalde?
Hay una ambición especial que transmite Carlos e imagino que en la ciudad también se percibe, pero que él la propaga cuando va a Madrid. Es la ambición de decir que Toledo es extraordinaria y es difícil de mejorar, pero se puede hacer. Sobre todo en un punto que a mi me interesa muchísimo que es la recuperación del patrimonio, artístico, histórico, el plan de recuperación del Casco, que es lo que ya se empieza a percibir también por su boca y los grandes proyectos que tiene a futuro inmediato. Entonces, a mi eso es lo que me reconcilia con la política y con los políticos, ver esa ambición de que tu ciudad vaya escalando y no conformarte con lo que hay.
Puede haber la tentación en este tipo de ciudades, pasa en la mía también que soy de San Sebastián, de decir que esta ciudad es magnífica y ya no hay nada que hacer. Se pueden hacer cosas para mejorar y es en esos casos lo que a mi juicio representa Velázquez.
Hablas de patrimonio y seguro que Carlos te ha hablado de su plan Toledo Emerge, que consiste en recuperar espacios patrimoniales en desuso, a ese tipo de proyectos te refieres, ¿no?
Desde luego el patrimonio que tiene Toledo es una oportunidad y algo a tener en cuenta. En el sentido en el que si vas dejando que los edificios de tu ciudad se deterioren luego la recuperación va a ser mucho más costosa, no sólo en términos económicos, sino también en esfuerzo. Esas ganas de llevar a cabo el Toledo Emerge vienen a responder un poco a eso, planificación, estrategia y ambición. Me parece muy interesante.
Has dicho que Carlos es buen amigo, pero en lo profesional ¿cómo se ve su figura desde fuera? ¿cómo se ve su gestión como alcalde desde Génova?
Es cierto que la política nacional lo tapa todo, especialmente cuando vives en Madrid, y muchas veces da la sensación de que la política no es útil. Los políticos hablamos de los problemas de los políticos, de nuestro ombligo, pero la realidad es que hay otras capas de la política, como es la municipal y la autonómica, donde hay una política que funciona. Y cuando hay alcaldes o alcaldesas que emergen en capitales de provincia y hoy hablando de Toledo pues para el Partido Popular es una oportunidad. Nosotros estamos obsesionados y es fundamental evidenciar con nuestros alcaldes que somos capaces de gestionar bien, de generar estabilidad, y de que más allá de que haya gente que no esté de acuerdo con determinadas políticas allá donde gobernamos lo hacemos para todos, con cabeza, aportando esa estabilidad y ambición de futuro. La política tiende mucho a mirar al retrovisor y por eso es importante dar la voz y poner en primera fila a todos aquellos que sin olvidar de donde vienen también miran hacia el futuro. Y Carlos para nosotros representa un ejemplo de esa ambición en el mejor sentido de la palabra, ambición política y de ciudad.
¿Se le ve para cotas mayores entonces?
Es sorprendentemente joven -dice entre risas-. La política no está sobrada de talento y ahora el Partido Popular vive un momento en el que están aflorando muchos talentos.
En cuanto a la actualidad, esta semana no se ha parado de hablar del decreto ómnibus que al final el Gobierno pactó con Junts. Sobre esta alianza, ¿el PP la valora como un parche puntual o creéis que va a permitir que la legislatura siga viva hasta al final?
Yo creo que lo que hemos vivido esta semana es un reflejo de la situación política que atraviesa España. Hemos vivido un Gobierno que tenía la oportunidad de pactar la revalorización de las pensiones, las ayudas a los afectados por la DANA y la renovación del bono transporte, y el Gobierno lejos de acordar con el PP ha decidido seguir insistiendo en los pactos con sus socios a costa de pagar un alto peaje, que tiene que ver con el contenido y con las formas. Llevamos una semana de espectáculo, de teatralización de la política, en la que tanto Sánchez como Puigdemont han jugado a medirse, al regate corto, a estrategias y cálculos partidistas, dejando de lado a una España atónita que se asoma a la realidad política y dice: «pero de qué están hablando estos».
Por eso creo que en toda esta semana ha quedado reflejado lo que venimos viendo durante toda la legislatura, llena de sobresaltos, de trompicones, decretos ley que no son convalidados por el congreso, de decisiones políticas que no sabemos si van a tener el apoyo de los socios del Gobierno y que va a ser además la tónica que viviremos en lo que queda de legislatura. No va a ser una legislatura convencional, desgraciadamente. En una convencional el Gobierno hace propuestas, los partidos se posicionan, se aprueban o no los temas, pero refleja algo que tiene que ver con los ciudadanos. Ahora estamos enfrascados en los intereses de Pedro Sánchez y en el placer de sus socios, singularmente de Puigdemont.
Pero si ampliamos el foco, resulta que hemos tenido a una ministra como Yolanda Díaz enfrentada con otro ministro -Carlos Cuerpo-, otro día no sabemos si Podemos va a apoyar las medidas del Gobierno, otro día no sabemos si ERC está picada o tiene celos de Junts… esto es en lo que se ha convertido la política desgraciadamente. Es decir, el eje ideológico izquierda-derecha no opera, ha pasado a ser casi irrelevante, y todo lo que estamos viendo son cálculos de mantenimiento del poder. Es un momento muy preocupante, sobre todo porque impacta en los ciudadanos. Esto ya no es solo deterioro institucional, que también, sino que impacta en los intereses de la ciudadanía. Yo me siento muy avergonzado del momento político que atravesamos y entiendo que haya mucha gente que viendo lo que ve dé la espalda a la política y que al no sentirse interpelado por el debate político deje de interesarse por la política, pero lamentablemente siendo esto así tenemos que revertirlo. Lo que queremos ofrecer es una alternativa de seriedad, de rigor, de buena política. No aspiramos a que todo el mundo nos dé la razón, pero sí a que todo el mundo se sienta identificado con una política edificante.
La aritmética del congreso es la que es. Si el PSOE os hubiera dejado gobernar como lista más votada tampoco tendríais los apoyos suficientes. En ese caso, ¿qué fórmula habría usado el PP?
Le hicimos un ofrecimiento al Partido Socialista después de las elecciones. Yo entiendo que se haya olvidado o que haya habido voluntad de olvidarlo. Alberto Núñez Feijóo le dijo a Pedro Sánchez que estábamos dispuestos a llegar a un acuerdo con e PSOE que permita que la política española no dependa de los extremos. Pongámonos de acuerdo con un programa de reformas en beneficio del país, una legislatura que incluso podemos acordar que sea corta, que dure dos años, desbloqueamos el momento político, abordamos los grandes retos que tiene el país y luego volvemos a dar la palabra a los españoles. Esto, obviamente fue rechazado por Pedro Sánchez, que apostó por levantar un muro y por hacer depender la gobernabilidad del país de partidos políticos que no tienen ningún interés en que a España le vaya bien. Es una coalición de intereses que sustentan a Pedro Sánchez en la Presidencia del Gobierno pero no hay una política sobre el país, no hay un proyecto, con lo cual la situación de bloqueo o de desparrame es obvia.
Han sucedido cosas muy graves este último año. Sólo llevamos uno aunque parezca un decenio, pero a nosotros nos legitima para solicitarle al presidente que dé la palabra a los españoles y convoque elecciones. En cualquier caso, los pactos con diferentes no son negativos, al contrario, el problema es lo que pactas. Lo que hemos visto que ha pactado Sánchez este año es exclusivamente su permanencia en el poder, no desbloquear temas o generar confianza suficiente en la política española.
Tú mejor que nadie sabes por ser vasco y portavoz del partido en esta tierra las políticas de los separatistas. ¿Por qué le molesta a los españoles que Sánchez pacte con ellos?
Porque ha quedado claro que no son pactos pensados en el interés general, sino en el de un solo hombre. O de dos. Uno pacta para obtener una amnistía y el otro pacta para ser presidente del Gobierno. Sale de la ecuación el ciudadano y el interés general del país. A lo largo de esta legislatura es lo que se evidencia. Todo ello acompañado de voluntad de enfrentarnos, de estigmatizar al adversario. Voluntad inequívoca de levantar un muro entre españoles.
¿Crees entonces que si lo que se pactara fuera algo necesario para el país como por ejemplo un plan de vivienda al ciudadano no le importaría que fuera con Puigdemont?
Yo creo que los ciudadanos están a favor de que los políticos pactemos siempre y cuando vaya en beneficio de los ciudadanos.
Nosotros hemos llegado a acuerdos en el Congreso de los Diputados con Junts y con Vox en la misma ecuación; con Junts, con Vox y con PNV en la misma ecuación; hemos tenido conversaciones con Sumar; somos un partido que no vive en una esquina del cuadrilátero. Aspiramos a aglutinar una mayoría suficiente para gobernar España, y como no la tenemos todavía tenemos que hablar con otros partidos políticos para impulsar medidas que consideramos que redundan en el beneficio de los ciudadanos. Y si hablamos a fin de año de impedir una subida fiscal la acordamos con Junts y con Vox. Y si hablamos de medidas de conciliación estamos dispuestos a pactarlas con el resto de partidos políticos representados en el Congreso de los Diputados.
Nuestro diagnóstico no es que este sea un mal gobierno porque sea divisivo y busque la confrontación entre españoles, que lo es, pero también es porque no gestiona ni aborda los problemas que tiene España. Entonces, nosotros queremos presentar una alternativa, no queremos que solo nos voten por lo mal que lo hace Sánchez. Para eso tenemos que afinar, en eso estamos. No somos perfectos, pero estamos convencidos y lo digo con toda humildad que la forma de interpretar la política que tenemos es la que necesita España.
Ante la falta de consenso, ¿preocupa que en futuras elecciones la gente no vaya a votar por desafección de la política?
A mi me preocupa mucho. Creo que quien viene a ocupar ese espacio son movimientos populistas o extremistas. Por eso es importante que la política se mantenga en el rigor, en la seriedad, en previsibilidad, en decir la verdad, en que aquello que digas hoy tenga vigencia mañana… Vivimos un momento político en el que a mi juicio la soberbia se impone, hay poco ejercicio de humildad, de rectificación o de duda… aunque eso es propio de una sociedad polarizada y el momento actual en todo occidente vive una circunstancia como esta. Por eso nosotros creemos, y de eso estoy convencido, de que hay una mayoría social creciente que cuando se les convoque a las urnas nos va a dar la mayoría suficiente para poder gobernar en solitario. Esa es nuestra aspiración, basada en la estabilidad y en que la política vuelva a ser aburrida. A mi me gustaría que no os lo pusiéramos tan fácil a los periodistas, que os levantáis por la mañana y ya tenéis la pieza hecha porque la actualidad supera muchas veces a la ficción.
Pero alcanzar hoy por hoy esa mayoría en solitario se puede considerar más un sueño que una realidad, ¿no?
Hoy parece lejano e incluso un sueño descabellado. Soy consciente de ello. Pero precisamente por eso hay que pelearlo. Nosotros contamos con Núñez Feijóo, un hombre que responde a esta manera de entender la política, un hombre que ha sido presidente en una comunidad autónoma muy heterogénea, que no hay que olvidar el sentimiento identitario tan profundo que tiene Galicia, pues resulta que ha sido capaz de gobernar durante cuatro legislaturas con mayorías absolutas, convocando a ciudadanos que opinaban de manera diferente en un proyecto que les unía. Hay políticos divisivos, que viven muy cómodos en la confrontación, en el choque permanente, y otros que buscan el entendimiento y encontrar cauces que nos permitan convivir en el espacio público con quiénes pensamos diferente. Por eso creo que los atributos que posee Alberto Núñez Feijóo le caracterizan como el presidente que España necesita. Obviamente si te llego a decir lo contrario te habría sorprendido y sería el titular, pero lo digo convencido.
Yo volví a la política porque creo que el perfil de político que necesita España y la forma de entender el país es la de Feijóo.
Dejando la política nacional a un lado, aquí en Castilla-La Mancha Emiliano García-Page lleva dos mayorías absolutas consecutivas, ¿veis a Paco Núñez capaz de darle la vuelta a la tortilla?
Sí, por supuesto. No se quedó tan lejos en las últimas elecciones autonómicas y consideramos que el proyecto que encabeza Paco es un proyecto ganador. Yo que tengo buena relación con Emiliano y que nunca le desearé nada malo en lo personal, creo que su tiempo ha terminado y que el tiempo del Partido Popular en Castilla-La Mancha ha llegado.
Dices que su tiempo ha terminado aquí en la región, pero quien sabe en la políticia. ¿Preferirías a Page en Moncloa antes que a Sánchez?
Yo en estos momentos prefiero a un mono con un tambor antes que a Sánchez de presidente del Gobierno. Con todo el respeto y por poner algo de humor.
Yo creo que al Partido Socialista le iría mejor con Emiliano García-Page al frente y a España le iría mejor con Alberto Núñez Feijóo.
Volviendo de nuevo a Toledo, un proyecto del que se habla aquí ahora mucho y que depende del Estado es el del trazado del AVE a Lisboa a su paso por Toledo, no sé si lo conoces y si de ser así ¿qué te parece ese viaducto por el Tajo que podría afectar al cono visual de la ciudad?
Lo conozco porque Carlos Velázquez se encarga de recordárnoslo a menudo. Nosotros estamos a favor de las infraestructuras que nos permiten competitividad en todos los ámbitos, ya sea económica o turística, que favorece la movilidad de los ciudadanos. Son infraestructuras fundamentales que conectan Toledo con el resto de España o capitales europeas de una manera mucho más eficaz y moderna y creemos que es perfectamente compatible con que no tenga un impacto en el patrimonio histórico y medioambiental. Por eso confiamos mucho en la opinión de los que hacen política aquí, los que conocen la realidad mejor que nadie. El ministro de Transportes de turno tendría que hacer mucho caso al alcalde de las ciudades afectadas y por eso sus profesionales deben estar supeditados a lo que opinan los ciudadanos del territorio, y en este caso al alcalde, haciendo compatible eso, modernidad y conectividad, con el respeto al entorno y al vecino.
Por último, como vicesecretario de Cultura del partido, ¿qué crees que tiene que hacer Toledo para alcanzar la capitalidad europea de la cultura en 2031?
Es difícil hablar de mejoras cuando estás hablando de una ciudad como esta. Te impresiona y te deja boquiabierto según te acercas. Yo no me atrevería a decir lo que tiene que hacer Toledo y tampoco puedo apostar por una ciudad porque me enemistaría con otras, pero me gustaría mucho que Toledo lo fuera. Creo además que tiene los mimbres característicos para serlo. Los planes que me ha comentado el alcalde al respecto posicionan a Toledo como una ciudad con muchas posibilidades. San Sebastián, mi ciudad, lo fue y no aprovechamos la oportunidad.
A mi me gustaría ver a Toledo siendo capital europea con un alcalde al frente como Carlos Velázquez, porque eso significaría aprovecharlo a tope.
¿Qué tenía esa San Sebastián que sí alcanzó esa capitalidad?
Para empezar, las virtudes propias de San Sebastián, pero tenía desde el festival de Jazz, el festival de cine, un ecosistema cultural muy asentado también, una ciudad muy implicada con la cultura… Hay muchos elementos de conexión con Toledo. Yo he asistido a algún evento cultural en Toledo y he visto a los ciudadanos volcarse en ello. Esto es capital, porque uno de los requisitos que se valora es la implicación de las ciudades y los ciudadanos de Toledo son un ejemplo de ello. San Sebastián tenía elementos culturales que se conocían fuera de sus fronteras y Toledo obviamente también los tiene. Tiene historia, tiene patrimonio y tiene ambición de futuro. Es una candidata más que solvente. No seré yo tan soberbio para descubrir Toledo a nadie, es una ciudad conocida en el mundo entero. Es fácil defender candidaturas como la de Toledo, así que me sumo fervorosamente.