Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrick; El club de la lucha, de David Fincher; Magnolia, de Paul Thomas Anderson; Matrix, de las hermanas Lana y Lilly Wachowski; El sexto sentido, de M. Night Shyamalan y La milla verde, de Frank Darabont tienen algo en común. Todas estas películas se estrenaron en 1999. Una cosecha cinematográfica espléndida y que constituye, según algunos críticos, la mejor añada de toda la historia del cine. TCM emitirá todos esos títulos los domingos de noviembre en un programa doble.

Mensajes filosóficos

Matrix revolucionó el mundo de los efectos especiales cinematográficos con una historia de acción futurista, plagada de mensajes filosóficos sobre lo que es real y lo que no lo es, y un mundo dominado por máquinas en el que los seres humanos han sido convertidos en fuentes de energía. El público más joven adoptó de inmediato esta película protagonizada por Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss y Laurence Fishburne como una de sus favoritas. El paso de los años no ha hecho sino corroborar que se trata de uno de esos acontecimientos cinematográficos que marcan un antes y un después en la historia del cine.

Algo parecido se puede decir en el género de misterio y terror con El sexto sentido, de M. Night Shyamalan. «En ocasiones veo muertos», confesaba asustado Cole, el niño interpretado por Haley Joel Osment. Hace 25 años se estrenó en Estados Unidos esta cinta protagonizada por Bruce Willis. Era la tercera película del realizador, pero su éxito fue tan brutal, con más de 670 millones de dólares recaudados en todo el mundo, y Shyamalan se convirtió para siempre en uno de los referentes del género. La película optó a seis Oscar.

Por último, La milla verde, de Frank Darabont, está basada en la novela del mismo título del escritor Stephen King, una obra en la que el autor mezclaba el terror y los fenómenos paranormales con la crítica social, el racismo, la fe, el perdón y la culpa. Tom Hanks protagoniza la versión cinematográfica de esta historia que estuvo nominada a cuatro Oscar de la Academia de Hollywood, entre ellos mejor película y mejor actor secundario para Michael Clarke Duncan. Una emocionante cinta que, además de provocar una buena dosis de sustos y tensión en el espectador, también hizo que brotaran de sus ojos unas cuantas lágrimas de emoción.

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