Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Los de siempre

14/02/2024

Hacemos un flaco favor a nuestra democracia cada vez que uno de los nuestros desiste y no quiere seguir resistiendo. No somos una tierra hecha a golpe de palmada en la espalda, sino fruto de la pelea constante frente a la envidia corrosiva del mediocre de enfrente.
No nos vamos a cansar de dejar de mirarnos el ombligo, de fruncir el ceño y gruñir frente al éxito de uno de los nuestros. No vamos a permitir que los laureles se los pueda llevar alguien que los haya alcanzado de manera limpia y honesta sin que alguien manche o genere la duda razonable para mancillar la honorabilidad de cada cual.
Lo mismo que ocurre ahora ha ocurrido siempre. No nos cansaremos de pedir medios para nuestra educación, para nuestra sanidad, para nuestro ejército y nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad. Pero siempre pasa lo mismo: no hay prioridad. 
Este fin de semana el asesinato de 2 guardias civiles y las graves heridas de un tercero no son más que una nueva demostración de que al benemérito instituto este gobierno lo quiere desmantelar. 
Muchos son los que a lo largo de la historia han tenido que pelear en inferioridad, con malos ranchos, peores suministros y materiales escasos. A pesar de ello, se conquistó medio mundo, se alcanzó la gloria desde la escasez haciendo de ella virtud. Sólo en lo material, porque en coraje y arrestos, en eso, aún los hay que los tienen muy bien puestos. 
Ya sea ahora en una zodiac, o cuando tenían que comprarse la moto para poder patrullar, o cuando hacían las patrullas rurales a caballo en jornadas interminables, resolviendo los propios guardias sus carencias para poder mantener el orden y la ley. Vivir en barracones y pabellones ínfimos que se caían y se siguen cayendo a pedazos. Pero ahí siguen, firmes y fieles. Aunque les sigan usando como moneda de cambio, pero cuando hay que estar, ahí están.
Son los de siempre, los que no decaen en su labor, manteniendo la fe en que un día, el menos pensado, su recompensa no será solo el aplauso y reconocimiento de los españoles, será el regocijo de que, por fin, sean prioritarios y cuenten con medios y recursos para cumplir con su papel. ¡Viva la Guardia Civil!