Miles de personas se congregaron anoche en el Valle alrededor de los puestos de comida y las 'discotecas' montadas por los partidos políticos con motivo de la celebración hoy 1º de mayo de la romería de la Virgen del Valle, fiesta toledana por excelencia a la altura del Corpus Christi. Una romería que hoy tendrá un marcado tinte político debido a que estamos a tan sólo 28 días de las elecciones municipales y autonómica.
Durante la tarde de ayer pudo verse en sus respectivas casetas a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, al candidato del Partido Popular, Carlos Velázquez, a su homóloga en Vox, Inés Cañizares, o al líder de Primero Toledo, Julio Comendador, que finalmente pudo montar una carpa que le habían denegado hasta el pasado jueves al cerrarse el plazo de solicitud del puesto antes de que formalmente quedará constituida la agrupación de electores. Además de los partidos políticos que concurren a las elecciones, incluido Ciudadanos, el CD Toledo también montó su caseta.
Los 'populares' sorprendieron anoche a los toledanos con un DJ en directo. La fiesta estaba servida e incluyó globos y confeti como si no hubiera un mañana. No se quedaron a la zaga las barras montadas por PSOE y VOX, de tal manera que moverse entre una y otra fue tarea casi imposible. Tan imposible como peligrosa, dado que la gente no podía circular y si se hubiera producido una bulla o estampida la noche hubiera acabado en tragedia.
Imagen de la 'discoteca-chiringuito' montada por el PP.Otro asunto que también hay que mejorar es el de los baños. Dada la concurrencia de personas que acuden al Valle, y que seguirán haciéndolo a lo largo del día de hoy, el número de baños químicos es escaso, lo que obliga a la gente a hacer sus necesidades en plena naturaleza, una escena nada idílica que resta varios puntos a la mejor vista nocturna del mundo.
Fue tal el número de personas que se acercaron la víspera de la romería al Valle que los puestos de comida se quedaron rápidamente sin pan, lo que impidió que pudieran seguir sirviendo bocadillos y montaditos. Lo que no se terminó fueron las cervezas y los combinados, tanto los que vendían o regalaban los partidos políticos como los procedentes del botellón inmenso en el que se convirtió por una noche el Valle.