Se habla de hurto como «el delito consistente en tomar con ánimo de lucro cosas ajenas contra la voluntad de su dueño, sin que concurran las circunstancias que caracterizan el delito de robo», según establece la RAE. Un tipo de robo, que se suele diferenciar económicamente hablando de otros robos mayores en el límite de los 200 euros. Superar esa cantidad implicaría consecuencias penales peores que lo conocido como hurto.
Sea cual sea su definición, se trata de un delito que se viene sucediendo históricamente en nuestras ciudades desde hace años, pero durante las últimas fechas vienen aumentando los casos especialmente en puntos altamente frecuentados por turistas. Es ahí donde entra otro concepto, el conocido como carterista, que es el nombre que recibe el autor que se dedica a robar carteras o bolsos ajenos, así como otras piezas de valor que pueda llevar un ciudadano en el día a día por la vía pública.
Unos hechos que se producen habitualmente en las grandes ciudades españolas y europeas y que también está llegando a otras de menos habitantes como Toledo, al ser un punto de gran atracción turística durante todo el año, ya sea de visitante nacional como internacional, siendo estos últimos las víctimas más frecuentes de estos hurtos.
Los hurtos crecen en Toledo capital un 74,7%El indicador más fiable que contabilice este tipo de delitos se encuentra en el Ministerio del Interior, con los datos que ofrece mediante su Balance de Criminalidad. La última estadística que aporta luz a esta situación consiste en el informe del primer trimestre del año 2024, de enero a marzo, donde el municipio de Toledo registra un aumento del 74,7 por ciento de los delitos tipificados como hurtos.
Con mayor exactitud, este incremento se cifra al observar como la capital provincial ha registrado en los tres primeros meses del año un total de 332 hurtos, que comparados con los 190 contabilizados en el mismo periodo del año 2023 concluyen el porcentaje de incremento mencionado anteriormente.
Un aumento de más del 74 por ciento de enero a marzo que sólo es superado por una categoría de delitos en el municipio. Concretamente por la sustracción de vehículos, que llega a crecer un 100 por 100, pero quizás no es comparable al tratarse de un número de casos bastante inferior, ya que varía de cinco a diez casos de coches robados de un año a otro.
Lo que evidencian estos datos es un cambio de tendencia, porque si se analiza el Balance de Criminalidad del último año completo, este tipo de delitos aumentan del 2022 al 2023, pero no lo hace en términos porcentuales tan elevados. En el conjunto de 2022, Toledo capital registró 921 hurtos por los 985 de 2023, es decir, una variación del 6,9 por ciento.
Cifras que todavía son inferiores a las del año 2019 previo a la pandemia, cuando el municipio capitalino reunió 1.033 hurtos, lo que se puede deber a la variación turística que precisamente ha ocasionado la crisis sanitaria. De hecho, en 2020 ni siquiera se contabilizan estos datos y en 2021 se redujeron a 602 casos, de modo que ya en 2022 se da un aumento del 53,7 por ciento.
De vuelta a la estadística del primer trimestre de 2024, la tendencia de aumento no sólo se registra en Toledo capital, sino que se da también en el conjunto de la provincia, pero con menor variación. El dato provincial refleja un aumento del 18,8 por ciento, pasando de 1.158 casos a 1.376. En el punto interanual -de 2022 a 2023-, la provincia también experimentó un incremento, en este caso de un 3,9 por ciento.