Irene Sánchez-Escribano no tenía claro si acudir al Campeonato del Mundo de cross. Será el próximo 30 de marzo, una fecha que interrumpe la preparación de los atletas en pleno año olímpico, y, precisamente, los Juegos de París son una prioridad para la toledana, por no decir que es la única prioridad.

Sin embargo, tras intercambiar opiniones con su entrenador, Antonio Serrano, ambos llegaron a la conclusión de acudir, pero sin tomarlo como un objetivo principal, sino como continuación de la temporada en el barro, que se va a alargar, en este caso, más de la cuenta.

Además, otra de las ventajas es que se celebra en Belgrado, la capital de Serbia, en Europa, por lo que la atleta del Adidas no tendrá que realizar un largo viaje, ni necesitar de una aclimatación en caso de desplazarse a otro continente, como sucedió en la última cita mundialista celebrada en Australia.

Hay que recordar que Irene Sánchez-Escribano tenía ya plaza directa para el Mundial incluso antes de la disputa del Campeonato de España, por su magnífico octavo puesto cosechado en diciembre en el Campeonato de Europa de Bruselas. En cualquier caso, la plata nacional le hubiera dado igualmente una plaza en la selección española para Belgrado.

En tierras balcánicas, a orillas del Danubio, la capitalina pondrá fin a una temporada de cross larguísima, que incluirá dos citas internacionales y en la que el balance, pase lo que pase, será muy positivo, a pesar de no recuperar el oro nacional, que era una de sus grandes metas.

En cuanto a la preparación, ella misma reconoce que irá «con lo que ya llevo del invierno», es decir, sin un trabajo específico enfocado a conseguir un puesto determinado. De todos modos, estos entrenamientos le tienen que servir ya para irse orientando a la pista. Tiene claro que no va a realizar incursiones en otras distancias que no sean los 3.000 obstáculos. París tiene la culpa. Y no poder estar en 2021 en Tokio, por una lesión, ha provocado que nadie eclipse su primera participación olímpica.