El rito de la fiesta ancestral de Talavera, declarada de Interés Turístico Nacional hace ahora 15 años, la de Mondas, ha vuelto a lucir en todo su esplendor, en una jornada plenamente primaveral que en la grada de autoridades, a pleno sol en la primera parte del cortejo, pudo parecer un adelanto de las olas de calor extremas. El buen tiempo y las ganas de fiesta propiciaron una afluencia masiva de público, que esperó en todos los puntos del recorrido el paso del desfile.
La plaza del Pan, también repleta de público, fue testigo del paso de los grupos folclóricos, regionales, carrozas y todos los símbolos de la fiesta más antigua de Talavera. Cuadros de ánimas, soldadescas, abanderados y, sobre todo, muchos grupos de baile han participado en el cortejo que concluía en la Basílica del Prado, con el intercambio de bastones y las ofrendas a la Virgen, patrona y alcaldesa perpetua de Talavera.