Es muy curioso ver como en poco más de dos siglos, la configuración, urbanismo y estructura de nuestros pueblos y villas ha cambiado en algunos casos totalmente, y es que realmente desde el siglo XIX hasta el XX han sido diversos los acontecimientos, guerras y situaciones que han provocado la desaparición de edificios, templos, hospitales y elementos artísticos de los que solo queda constancia documental. Hoy vamos a viajar hasta la localidad de Robledo del Mazo, situada en la Jara y zona occidental de Los Montes de Toledo, con una población de 247 habitantes, con un patrimonio natural muy importante que convierte a este enclave en una visita obligada para todos los amantes de la naturaleza. Como pertenecientes a Robledo del Mazo se encuentran las pedanías de Piedraescrita, Las Hunfrías, Robledillo y Navaltoril.
Para descubrir cómo era Robledo en el siglo XVIII, recordemos que el origen de esta población se relaciona con la existencia de colmenas, rodeadas de mucha y variada vegetación y serían algunos colmeneros y vaqueros los que a mediados del siglo XIV dieran origen a este núcleo poblacional. Sobre el curioso nombre de este lugar, se dice que proviene de un artilugio creado por los colmeneros, a modo de mazo, el cual se movía gracias al agua del arroyo del Endrino, con cuyos golpes se espantaba a los osos, mientras los colmeneros recogían la miel sin ser molestado por los úrsidos.
A mediados del XVIII ya contaba Robledo con una iglesia parroquial que existía a mediados del XVI con la advocación de Nuestra Señora de la Consolación. Parece ser que desde el año 1676 ya era parroquia, ya que desde ese año fue desmembrada de la iglesia matriz de Santa María de Piedraescrita. Como templo importante también cabe citar la iglesia esta pedanía de Piedraescrita, templo de tres naves que cuentan con una sola cubierta y en cuyo interior destacamos la azulejería talaverana de los siglos XVI y XVII, donde se recrean escenas del Nuevo Testamento y destacamos otra azulejería en el testero en la que se representa el juicio final con el Padre Eterno. Según la tradición en Piedraescrita tuvo lugar un milagro al finalizar la dominación musulmana, que consistió en la aparición de Nuestra Señora de Piedraescrita a los fieles allí presentes. La festividad de esta Virgen se celebra cada año los días 2 y 3 de mayo. En 1745 se donó a esta iglesia un cáliz de plata repujada, firmado por los plateros toledanos López y Buz. En esta iglesia de Piedraescrita aparecen por aquel entonces las cofradías de la Vera Cruz, la de Nuestra Señora del Rosario, la de Nuestra Señora de Piedraescrita, la del Santísimo y la de las Ánimas, lo que nos hace comprender la profunda religiosidad que demostraban todos los vecinos de los alrededores de esta población. En este siglo XVIII que hoy recordamos, a la feligresía de Piedraescrita correspondían también las alquerías o pedanías de Navaltoril, El Robledillo, El Puerto de la Canaleja y los Alares, llegando a la cifra de 360 feligreses aproximadamente.
Piedraescrita contaba con alrededor de 40 habitantes en el siglo XVIII, entre los que había un cura párroco que en 1752 era don Juan Álvarez de Castro, que con el tiempo sería obispo de la diócesis de Coria, el cual fue asesinado durante la Guerra de la Independencia. También había un sacristán, un cirujano, tabernero, algún cazador, cabreros y lógicamente, colmeneros. Los productos habituales que se producían en esta pedanía eran el centeno, trigo, cebada, miel, lino, vino y algunas frutas.
Otra pedanía dentro de Robledo del Mazo es la de Las Hunfrías, la cual contaba con algo más de sesenta vecinos, aunque en pocos años y ya a finales del siglo XVIII bajó a cuarenta y cuatro. La siguiente pedanía es la de Navaltoril que contaba con setenta vecinos y cuyo origen se sitúa alrededor de ciertas cabezas de ganado como se deduce del nombre. El Puerto de la Canaleja es otra pedanía que se gestó alrededor de una fuente, por donde pasaba el antiguo camino de Toledo a Guadalupe, y que contaba a mediados del XVIII con apenas doce habitantes. El Robledillo también aparece en el término de Robledo del Mazo, que en su origen fue una zona de labranza donde se estableció un tal Cirilo Galán, fundador de esta pedanía.
Sobre las fiestas que se celebran tanto en Robledo del Mazo como en el resto de pedanías de alrededor, recordamos la de San Sebastián que acabamos de celebrar la semana pasada, la de María Auxiliadora de Robledillo (los días 19 y 20 de mayo), la Virgen de Agosto, San Miguel -momento en el que se celebran varios actos como competiciones, fuegos artificiales, verbenas, etc.-, Santa Bárbara en la pedanía de Las Hunfrías y la Inmaculada en Navaltoril,
Y para terminar una visita imprescindible si acudimos a Robledo del Mazo: la Garganta de las Lanchas, un paraje situado en el arroyo de las Lanchas, en el centro de la Sierra de Sevilleja, muy cerca del nacimiento del río Gévalo y espacio considerado como microrreserva protegida, donde se conservan especies y formaciones vegetales únicas y propias de climas oceánicos y subtropicales. Se trata de formaciones consideradas verdaderas reliquias naturales de laurisilva que eran frecuentes en nuestra península hace nada más y nada menos que 300 millones de años. En esta zona también encontramos especies muy interesantes como el lagarto verdinegro, el águila real, la culebrera europea y la aguililla calzada. Recordamos que se realizan visitas guiadas a este paraje y que existe un Centro de Interpretación -más información en el Ayuntamiento de Robledo del Mazo.