¡Que viene el tío Camuñas!

José García Cano
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El pueblo de Camuñas, conocedor de la figura de su paisano y comprometido por salvaguardar la historia y las tradiciones de esta localidad manchega, creó hace unos años la Asociación La Partida de Camuñas, la cual recrea algunos episodios de su vida

¡Que viene el tío Camuñas!

Esta frase que durante muchos años se ha utilizado para asustar a niños y mayores, tiene su origen en la figura de un toledano, concretamente de un camuñero llamado Francisco Sánchez Fernández, nacido el 11 de septiembre de 1762 en Camuñas, hijo de Pedro Sánchez Sierra y de María Fernández Cano. A Francisco -o mejor Francisquete, como así le conocían los suyos- le tocó vivir la Guerra de la Independencia y debido a la detención y muerte de su hermano Juan Pedro, quien se colocó en el punto de mira de los franceses tras la muerte de un concejal afrancesado llamado Vicente Hidalgo en 1809, se vería obligado a tomar parte activa en el conflicto bélico. Ejecutado su hermano Juan Pedro y colgado en las aspas del molino Viejo (hoy molino de la Unión), Francisquete juró vengar la muerte de su hermano y desde ese momento inicia un ataque sin cuartel hacia el enemigo francés, por toda la comarca de la Mancha.

Muy rápidamente Francisquete consigue formar una partida de guerrilleros voluntarios que pasará a la historia por ser una de las partidas más beligerantes que actuaron desde el sur de la provincia de Toledo hasta Despeñaperros. Fueron innumerables los enfrentamientos entre los hombres de Francisquete y los soldados franceses, destacando por ejemplo el ocurrido el 5 de octubre de 1809 en la localidad de La Guardia, donde sus cuarenta guerrilleros se enfrentaron a más del doble de soldados enemigos, de los que mataron a once e hirieron a siete. Fue habitual que esta partida de Francisquete interceptara diversos correos, valijas y cargamentos franceses, lo que hizo que esta zona fuera un punto caliente para los franceses que llegaron a dominar por culpa de los guerrilleros locales y otros voluntarios que continuamente controlaban puertos, caminos y cruces transitados. Otro episodio ocurrió el 10 de mayo de 1810, cuando Francisquete interceptó un convoy de alrededor de sesenta carros cargados de pólvora, tabaco y otros efectos, si bien siete días después, dos soldados de su partida retienen varias valijas de correo con importantes cartas dirigidas a los altos mandos franceses. Muchos historiadores nos recuerdan como Francisquete y sus hombres no dudaban un momento a la hora de enfrentarse a los temidos Dragones franceses, una especie de cuerpo de élite de los soldados galos, los cuales también fueron reducidos en diferentes ocasiones en las que se toparon con ellos.

Quiso el destino que la muerte de Francisquete tuviera lugar en la localidad conquense de Belmonte, donde nuestro guerrillero se encontraba con su partida, siendo sorprendidos por el general d'Armagnac y sus hombres. Aunque al principio los españoles atacaron a sus contrincantes debido al mayor número de éstos, se impusieron sobre los hombres de Francisquete al cual también llegaron a herir. Sería el 13 de noviembre de 1811, cuando a los 49 años de edad, nuestro héroe era fusilado terminando así con la vida de uno de los muchos españoles que dieron su sangre por su país. Su cuerpo fue enterrado al día siguiente en la colegial de Belmonte, donde aún descansa. Fue tal el temor que los soldados y Dragones franceses tenían a Francisquete y a sus hombres, que muy pronto se empezó a extender por toda la Mancha la frase de ¡qué viene el tío Camuñas!, indicando que se aproximaba no solo un guerrillero si no un hombre capaz de hacer temblar a las tropas francesas con solo pronunciar su nombre. Pasada la guerra, esta frase del tío Camuñas había calado tan hondo en la tradición popular, y posiblemente el pueblo no queriendo olvidar a su héroe, continuó repitiendo esta expresión como un mantra, que poco a poco se convirtió en una forma de asustar a los niños queriendo decir que venía alguien al que había que tener respeto y miedo a la vez.

¡Que viene el tío Camuñas!
¡Que viene el tío Camuñas!

El pueblo de Camuñas, conocedor de la figura de su paisano y comprometido por salvaguardar la historia y las tradiciones de esta localidad manchega, creó hace unos años la Asociación La Partida de Camuñas, la cual cada año recrea algunos episodios de la vida de Francisquete y nos lleva a vivir los duros momentos de aquella guerra. Este año 2024, la recreación denominada Juramento del Guerrero, tendrá lugar esta misma semana, concretamente del 2 al 4 de agosto, días en los cuales podremos entender mejor la historia de Francisquete y los sucesos ocurridos entre las calles y caminos de Camuñas hace más de doscientos años, fiel reflejo de la España que vivió aquella. El título de la recreación proviene del juramento que Francisquete hizo frente al cuerpo de su hermano asesinado y que daría comienzo a la leyenda de este valeroso camuñero. Esta recreación es organizada y representada por los miembros de la citada asociación, con el apoyo del ayuntamiento de la localidad y con la ayuda de la Diputación Provincial de Toledo. Como añadido al espectáculo, este año también participarán diversas asociaciones culturales integradas por voluntarios que recrean el papel de los soldados napoleónicos y que le darán al Juramento del Guerrillero un toque de realismo y de autenticidad necesarios para sumergirnos en la historia ocurrida entonces. Para todos los que decidan visitar Camuñas en estos días, recordamos que también podrán disfrutar de un mercado de oficios, de diversos desfiles, una ofrenda floral al busto de Francisquete, así como luchas y ataques por parte de los dos bandos -francés y español- por las calles de la localidad, y así de esta forma ofrecer al visitante una forma única de conocer este episodio de nuestra historia, que en este caso protagonizó un valiente guerrero y un patriota como fue Francisco Sánchez, Francisquete.