Pilar Peña nació en Madrid en 1984 y actualmente es la capitana de la selección española más laureada de la historia. No es la de fútbol, es la de waterpolo. Pilar Peña en la localidad de Navalcán es conocida como Pili. Una más del pueblo, lejos de la relevancia de sus éxitos deportivos.
"Navalcán es familia, son veranos de desconexión, buena comida, tranquilidad, naturaleza y pasar tiempo con los míos" lo dice quien se pasa 10-11 meses al año viajando por el mundo cosechando títulos con su club, el Club Natación Terrasa, y con la selección.
Recuerda sus veranos de juventud en Navalcán con normalidad "era muy joven y aún no sabía lo que me esperaba. Yo me dedicaba a disfrutar con los amigos y compartir un montón de cosas con mis abuelos". Sus inicios en el mundo del waterpolo fueron lentos pero seguros "empecé por un problema de espalda. Eso hizo que empezará a pasar menos tiempo por el pueblo porque cada vez tenía más competiciones".
Décadas después, asentada en la élite y como capitana, "intenta que mi labor sea la de mantener al equipo unido, soy el nexo de unión entre las jugadoras y los técnicos y ayudo a las jóvenes a integrarse lo más rápido posible". Desde su posición de 'gestora' y 'pegamento' de un equipo referencia mundial, múltiple medallista olímpico, mundial y europeo, ve a su equipo "como una gran familia con mucha garra e ilusión" que "seguimos peleando, cada día entrenamos muchísimas horas para conseguir nuestra mejor versión".
Ya con los pies en París, en la Villa Olímpica, cuenta que "no podemos disfrutar de la Ceremonia de Inauguración, al día siguiente jugamos, lo vemos por la TV desde la Villa Olímpica". El cuerpo y la mente están entregadas a su objetivo y en encontrar la kryptonita que las permita derrotar a las 'Super Women' de Estados Unidos. Cayeron ante ellas en la final olímpica de Londres 2012 y Tokio 2020. "Depende de nosotras, estamos preparadas para luchar contra quien haga falta".
Pili y las guerreras del agua solo piensan en subirse a lo más alto del podio. Volver de París con la medalla de oro colgada al cuello. Después, el descanso de la capitana con "parada obligatoria en Navalcán". Volver a la rutina veraniega de celebrar las medallas "con familia y amigos, que hace tiempo que no comparto momentos tranquilos con ellos".