El rastro de un profeta en su tierra

Leticia G. Colao
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El arquitecto talaverano Manuel de las Casas realizó en su ciudad natal los primeros trabajos poco después de finalizar los estudios. En ellos ya se reflejaba la originalidad y elegancia de su obra

El edificio de viviendas de Ronda del Cañillo con Cabeza del Moro fue uno de sus primeros trabajos en Talavera y uno de los pocos bloques de viviendas que realizó en su carrera. - Foto: Peña

Comenzaba el último tercio del siglo XX y el joven arquitecto Manuel de las Casas iniciaba su  carrera profesional con algunas de las obras que posteriormente marcaron el resto de su trayectoria. Algunas de ellas, la mayoría, tuvieron lugar su Talavera natal, lo que le sirvió de escenario para empezar a mostrar el mundo de lo que era capaz.   

La profesión le venía de pequeño. Su padre fue un ilustre aparejador del que aprendió los primeros compases de una arquitectura que posteriormente le tomaría como referencia, trabajo que además compartió con su hermano Ignacio y años después con sus hijos Icíar y Sergio. No obstante, De las Casas compatibilizó el ejercicio de su profesión con la enseñanza, donde ejerció de auténtico maestro, e incluso algunos años, en la función pública como inspector general de Monumentos del Estado en la Dirección General de Bellas Artes; subdirector general de Arquitectura o director general de Arquitectura y Edificación, entre los años 70 y 80.

En Talavera, dejó un importante sello con las primeras obras que salieron de su cabeza, casi sus primeros encargos. Es más, el diseño de la conocida como Casa Pedro Moro, en la avenida de Extremadura y frente a la Basílica de Nuestra Señora delPrado, fue su primer trabajo después de salir de la Escuela de Arquitectura, allá por el año 67.

También de Manuel de las Casas es el diseño de la urbanizaciónMontecarlo. El talaverano diseñó la urbanización, así como algunos de sus servicios entre ellos la zona deportiva, la cafetería, el restaurante, los vestuarios y una serie de viviendas en hilera donde jugó con unas arcadas singulares por aquel entonces.

El edificio de viviendas ubicadas entre Ronda del Cañillo y Cabeza del Moro completa el listado de trabajos dedicado a viviendas unifamiliares o edificios privados en su ciudad.

La residencia de internas del colegio Compañía de María remata su producción en Talavera, en este caso con un proyecto singular  que se ajustó al presupuesto de la comunidad religiosa y a las dificultades de la superficie con la que contaba.

Casa pedro moro.

La conocida como Casa Pedro Moro, nombre de su primer propietario, forma parte de esa hilera de viviendas modernas ubicadas junto a la Basílica del Prado y que aún hoy siguen siendo ejemplo de modernidad. El diseño de esta vivienda unifamiliar constituyó el primer trabajo de un recién licenciado De las Casas, según recuerda el arquitecto Manuel Urtiaga de Vivar, proyecto en el que trabajó junto a su hermano Ignacio, en el año 67. En él, dijo en una de sus últimas visitas a la ciudad, «ensayé sistemas constructivos muy ligeros. No había dinero suficiente para hacer el ladrillo», apuntó.

Aunque no se conoce su interior -es un domicilio privado- la Casa Moro forma parte de uno de los ocho modelos arquitectónicos de la ciudad que se incluyeron en el Inventario de Arquitectura del siglo XX.

Ubicada en la avenida de Extremadura 16, comparte reconocimiento con la vivienda que se ubica justo al lado, conocida como Casa Lucas Prieto, de similares características y modelo modernista del pasado siglo, aunque en este caso el diseño fue realizado por Francisco Javier Sáenz de Oíza, del que Manuel de las Casas se sentía discípulo.

edificio de viviendas en ronda del cañillo.

El edificio de viviendas de Ronda del Cañillo y Cabeza del Moro constituye la obra de mayores dimensiones realizada por De las Casas en Talavera y uno de las pocas llevadas a cabo en su carrera profesional. El bloque, formado por 10 plantas más otras dos comerciales, contituye un conjunto arquitectónico formado por varios edificios y rematado en una enorme plaza que comunica los portales que lo forman. Destaca la variedad de formas en su fachada, con balcones y ventanas que cambian de forma dependiendo de la altura y donde remata con ventanas circulares.

El proyecto de Ronda del Cañillo fue diseñado de forma conjunta con el que entonces era su socio, Jaime Lorenzo Saíz-Calleja, y aún hoy es uno de los edificios más conocidos de la ciudad.   

urbanización montecarlo.

Constituye una de las áreas residenciales más conocidas de Talavera, aunque precisamente se sitúa en una de las salidas de la ciudad, la de la carretera de San Román. Allí, se encuentra una zona consolidada con numerosas viviendas unifamiliares además de un completo complejo de servicios para sus vecinos. Destaca la zona deportiva, la cafetería, el restaurante o los vestuarios, todos ellos diseñados por el genial arquitecto talaverano. Corrían los primeros años 70 y Manuel de las Casas se encontró con el encargo de dar vida a una urbanización que marcaría una época y que aún hoy sigue siendo modelo arquitectónico y de edificabilidad por la introducción de conceptos nuevos que por entonces no se veían en la ciudad, explica Urtiaga de Vivar.

viviendas en hilera en montecarlo.

Dentro de la urbanización Montecarlo también llevó a cabo un proyecto de viviendas en hilera que destacaban por las arcadas de su fachada. Ejemplo de arquitectura residencial modernista, y más por aquellas fechas donde las viviendas tenían otro aspecto más clásico. Realizadas en ladrillo visto, suponen una de las primeras y más modernas promociones de viviendas adosadas construidas en la ciudad. También llevó a cabo otras viviendas unifamiliares individuales.

residencia de internas del colegio compañía de maría.

Aunque tiene la firma del arquitecto talaverano con más renombre, la residencia de internas de Compañía de María no se encuentra a la vista de los vecinos sino que forma parte del complejo educativo de la calle de Santo Domingo.  La comunidad religiosa contrató los servicios de Manuel de las Casas, allá por el año 75, ante el aumento de alumnas y la necesidad de levantar un pabellón para los dormitorios de las internas.

En un primer momento, el proyecto realizado por el talaverano se salía del presupuesto de la comunidad por lo que las religiosas se decantaron por la segunda opción. En su última visita al internado, en octubre de 2012, De las Casas aclaró que buscó «un truco porque las tres plantas del edificio son una habitación única, como si fuera una habitación colectiva con celdas», dificultad que se añadió a la obligación de atenerse a las normativas municipales. «Es como vivir en una nave que se instala en el jardín y se conecta con el edificio antiguo de las monjas», dijo. Y es que la nueva residencia se construyó separado del antiguo edificio uniéndolo a través de un puente.

El arquitecto talaverano destacó la importancia de este proyecto en su trayectoria profesional porque experimentó, dijo, nuevas formas de entender la profesión. Este aulario, que también forma parte del Inventario de Arquitectura del Siglo XX, fue diseñado junto a su hermano Ignacio y Jaime Lorenzo Sáiz-Calleja.