Entre las numerosas consecuencias que dejó en su día la DANA del pasado 3 de septiembre está la rotura del azud de Santa Ana, junto al puente de San Martín. Pese a que este elemento patrimonial del río Tajo ya llevaba años fisurado, la fuerza del agua consecuente de estas inundaciones generaron una mayor rotura que lo dejaron prácticamente inútil para su función. De hecho, este incidente llegó a modificar el caudal del río en algunos aspectos.
Meses después de estos hechos, el Grupo Municipal Popular llevará al Pleno del próximo día 30 una moción por la cual insta a la Confederación Hidrográfica del Tajo como organismo competente a actuar para la reparación del azud de Santa Ana «en la forma que corresponda y siempre tomando en consideración criterios que junto a la mejora del cauce del río observen y respeten el valor patrimonial e histórico de una infraestructura que se localiza en un área de la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad», tal y como exponen los populares en su moción.
Pese a que en un primer momento esta propuesta pueda parecer lógica por el hecho de demandar la reparación de un elemento patrimonial que ha quedado en mal estado, sí que implica que el actual grupo mayoritario del equipo de Gobierno local tome una posición importante al respecto. Esto es así porque en los días posteriores a la rotura del azud comenzó a instaurarse un debate público en la ciudad sobre si el estado actual del mismo abría la puerta a su demolición o, si por el contrario, se optaba por repararlo y mantenerlo.
En aquel debate improvisado tras la catástrofe, organismos como la Real Fundación de Toledo se posicionaron a favor de su reparación como un elemento patrimonial de la ciudad desde hace siglos pasados, mientras que diversas asociaciones ecologistas defendieron la postura de que se demoliera para dejar correr libremente el agua. En cualquier caso, las dos posturas quedaban amparadas al criterio de los técnicos.
Sea como fuere, el Grupo Municipal Popular solicita la actuación de la Confederación ante la existencia de un agujero en la infraestructura de alrededor de dos metros, lo que hace que la ordenación del caudal y la imagen del río a su paso por el azud «se vea deteriorada».