El tenista español Carlos Alcaraz resultó eliminado este miércoles del Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, al caer en los cuartos de final ante el alemán Alexander Zverev, que se impuso en cuatro sets por 6-1, 6-3, 6-7(2) y 6-4 tras algo más de tres horas en un partido en el que reaccionó tarde y se mostró más errático de lo habitual ante un rival que no le ofreció demasiados resquicios.
El murciano, segundo cabeza de serie en Melbourne, pagó su mal inicio de partido, en el que no pudo ofrecer el juego que estaba mostrando hasta el momento frente al de Hamburgo, que empezó a gran nivel y que luego supo mantener la cabeza fría para sujetar cuando apareció con fuerza la mejor versión del campeón de Wimbledon. Al final, sus 45 errores no forzados evidenciaron que no fue su mejor partido, pese a los 39 ganadores, sólo 12 en los dos primeros sets.
Este no fue el de sus anteriores cuatro partidos, sobre todo en un nefasto inicio que estuvo a punto de eliminarle antes de las dos horas y con sólo siete juegos en su haber. Sin embargo, con 5-3 y saque del germano, se conectó al duelo y soñó con una remontada épica en la Rod Laver Arena, pero le faltó temple en los momentos decisivos ante un Zverev que parecía estar más castigado físicamente.
Hasta entonces, el partido sólo tenía un dominador, el sexto cabeza de serie, que comenzó arrollador el choque apoyado en la fortaleza de su servicio y un Alcaraz 'desconocido'. Los once errores no forzados del español y con sólo dos puntos en su haber al resto fueron una losa ante el alemán, sólido desde el fondo, con su revés a dos manos haciendo daño y un 'drive' más regular de lo habitual.
En cambio, la poderosa derecha del número dos del mundo ni siquiera había hecho acto de aparición, mientras que su revés era una losa para plantar 'batalla'. De todos modos, Alcaraz trató de rehacerse tras un duro primer set (6-1) que ya empezó con 'break' en blanco en contra y comenzó más entonado el segundo.
El murciano también mejoró con el servicio y pudo por fin tener la iniciativa en el marcador, aunque sin hacer daño al resto hasta el sexto juego. Ahí tuvo un óptimo 15-40, pero perdonó un revés a dos manos aparentemente 'sencillo' y que estrelló en la red. Eso pareció mermarle algo la confianza y los errores volvieron en un mal final de set en el que Zverev se mantuvo firme para llevarse los siguientes cuatro juegos y encarrilar su pase a la penúltima ronda.
Alcaraz reacciona
El doble ganador de 'Grand Slam' nunca había ganado en un 'grande' tras perder los dos primeros parciales e intentó no venirse abajo, pero continuó sin la regularidad necesaria en su tenis y el panorama se oscureció cuando se acercaba la medianoche en Melbourne. El alemán no aflojaba y encontró una rotura que le llevó a colocarse con un casi definitivo 5-2.
Pero entonces apareció por fin la versión más reconocible de Alcaraz, que levantó a la grada de una abarrotada y deseosa de más tenis Rod Laver Arena. Sus golpes desde el fondo de la pista empezaron a 'volar' sobre la pista y logró el ansiado 'break' para igualar un set que se fue a la 'muerte súbita'. Ahí, firmó golpes descomunales para coger aire y alargar el duelo.
Zverev no se inmutó demasiado y mantuvo la calma. Rompió el primer saque del murciano para enfriar las cosas, pero encontró la rápida respuesta de su rival, entonado en la pista, pero que no encontró el bajón del de Hamburgo, que empezaba a parecer algo 'tocado' tras sus anteriores maratones.
Alcaraz tuvo su oportunidad, sin bola de 'break', con 4-3, y lo terminó pagando. Su siguiente juego no fue excesivamente bueno y le costó de forma fatal el servicio porque el alemán no perdonó con su saque para medirse por un puesto en la final con el ruso Daniil Medvedev, que se metió en la penúltima ronda de este 'grande' por tercera vez en su carrera tras hacerlo en 2021 y 2022, años en los que fue finalista, al deshacerse en un duro partido del polaco Hubert Hurkacz en cinco sets por 7-6(4), 2-6, 6-3, 5-7 y 6-4.
El tercer cabeza de serie en Melbourne necesitó cuatro horas para sacar su billete en la Rod Laver Arena frente al noveno favorito, al que no le bastaron sus 61 golpes ganadores. Aunque fue capaz de forzar un quinto parcial tras levantar un peligroso 4-2 en el cuarto, Medvedev tiró de experiencia para aprovechar una rotura vital con 3-3 para acabar llevándose el duelo.