Tío Elías, Crescen, Benicio, Dioni, Julio y Liborio aparcaron el martes su placentera jubilación reclutados por su ayuntamiento. El alcalde, el treinteañero Marcelino Fernández, convocó a estos ganaderos retirados, alguno ya nonagenario, para que rastreasen los mapas del Instituto Geográfico Nacional (IGN)y ayudara al personal a localizar las fuentes perdidas del pueblo y a aclarar los nombres populares de los parajes del término municipal.
El alcalde se relame aún por esas cuatro horas compartidas en el Ayuntamiento. Desde zagal, ha pisado los 63 kilómetros cuadrados del término municipal serrano, pero el verdadero conocimiento anida en los recuerdos de esos seis ancianos, que pastaron con sus rebaños de ovejas, cabras y vacas.
Precisamente, el Instituto Geográfico Nacional, perteneciente al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, aspira a envolver esa sabiduría popular con reuniones como la mantenida en Almendral de la Cañada. «Se nos pasaron las cuatro horas volando», apunta el alcalde, técnico sanitario.
Costó, pero los ancianos se las ingeniaron para ubicarse en los mapas del IGN y ubicar más de 30 fuentes escondidas en el término municipal. Parte mana de la tierra, parte sobrevive orillada con una rudimentaria mano humana.
Estos manantiales están localizados en lugares ahora inaccesibles en pleno proceso regresivo de la cabaña ganadera. No obstante, el alcalde hace hincapié en la continuidad de los rebaños de animales por la sierra.
«Qué frío», se atrevió a decir Marcelino, quien había pasado por el campo a primera hora de la mañana. Pero enfrente tenía a un grupo de veteranos que dormían incluso en los chozos, cuando el frío era frío. Los ganaderos de Almendral practican la trashumancia local con el manejo de los animales en la parte alta o baja del pueblo, según la temporada del año.
Los recuerdos de aquella vida dura se acumularon aquella mañana entre los seis ancianos de Almendral de la Cañada, un municipio de 300 empadronados que mantiene servicios básicos como el colegio, la tienda o el banco.
«Queremos agradecer a todos estos 'sabios', su colaboración para que la toponimia de nuestro municipio quede reflejada en el IGN y asi subsanar errores que venían en nuestro termino municipal», apreció el Ayuntamiento serrano, en referencia a la generosidad de los seis ancianos.
El comité de sabios reverdeció el habla de Almendral para que las dos trabajadoras del IGN tomaran nota y rectificasen los nombres oficiales de los parajes.
Tío Elías, Crescen, Benicio, Dioni, Julio y Liborio regresaron el martes a sus casas con la satisfacción de haber consumado un servicio más a su pueblo.