Toledo acoge la vigesimonovena edición de la reunión de la Sociedad Española de Hipertensión y Riesgo Vascular, una cita que se celebrará durante mañana y el viernes en el palacio de congresos El Greco de la capital regional. El evento reunirá a más de 300 profesionales del ámbito sanitario, incluidos especialistas de las áreas de cardiología, nefrología, medicina interna, medicina familiar o psicología. Además, el cónclave se abrirá a los ciudadanos con actividades como sendas charlas sobre la toma adecuada de la presión arterial en Zocodover o un taller para la lectura e interpretación del etiquetado de alimentos en el propio espacio congresual.

Los expertos definen la hipertensión como «la patología crónica más frecuente de España». La nefróloga Esther Rubio cifra en un 42% la proporción de adultos españoles afectados por tal dolencia, lo que supone más de 16 millones de ciudadanos con un factor de riesgo que, además, desencadena otros problemas. La también portavoz de la Sociedad Española de Hipertensión y Riesgo Vascular advierte de las «posibilidades crecientes de desarrollar un ictus, un infarto o someterse a diálisis» cuando concurre un cuadro de tensión arterial elevada.

Más allá de su notable presencia, la falta de diagnóstico emerge como un riesgo añadido. Se calcula que una tercera parte de las personas con hipertensión desconocen su situación clínica real. «Es un enemigo silencioso: solo se notan sus síntomas cuando la tensión es muy elevada», añade Rubio. «Todos tenemos un familiar o un allegado con hipertensión, pero hay cifras bajas de control de esta patología».

La reunión que albergará Toledo apuesta por abordar la realidad de la hipertensión desde una perspectiva «multidisciplinar», con una «visión holística» sobre un problema emergente y en favor de proporcionar al paciente la «atención completa» que requiere.

Por su parte, Francisco Ahijado, jefe de servicio de Nefrología en el Hospital Universitario de Toledo alude a la «prevención» como primer recurso para afrontar un «problema común». La extrapolación de los datos del conjunto del país a la provincia sitúan en un rango de entre 200.000 y 250.000 el número de personas hipertensas en Toledo. Tal afección es un desencadenante habitual de posteriores «lesiones a nivel cerebral, cardíaco y renal». 

La recomendación de Ahijado para combatir la hipertensión, además del seguimiento médico y el eventual tratamiento farmacológico, incluye ejercicio físico durante al menos 50 minutos diarios y seis veces por semana. Este volumen de actividad ayuda a reducir la presión arterial y la posibilidad de sufrir eventos críticos como infartos o ictus. Asimismo, el galeno recuerda el mayor impacto que la hipertensión provoca en las cohortes de edades más elevadas, una circunstancia que esboza una situación aún peor en años venideros.

El alcalde de Toledo se suma a la prescripción del deporte como pauta para una vida sana y vincula la expansión del ejercicio entre los vecinos con el deseo de convertir a la capital regional en ciudad europea del deporte en 2025. «Lo mejor que podemos hacer desde el Ayuntamiento es fomentar el deporte desde la niñez hasta las personas más adultas», apunta Velázquez.