Ciudades al compás de la nueva movilidad

M.G
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El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, aborda las dificultades de las ciudades medianas y de pequeño tamaño para adaptarse a la normativa y a las iniciativas que brinda la nueva movilidad

El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, junto a Jacobo Díaz, director general de la Asociación Española de la Carretera - Foto: Y. Lancha

A distinta velocidad. Las ciudades  se están intentando adaptar a la normativa, a las iniciativas y a las exigencias que plantea la nueva movilidad urbana, ligada a la digitalización, la eficiencia y a la sostenibilidad. Sin embargo, el camino es pedregoso y no todas pueden ir al mismo compás.

«Estamos en un momento muy intenso en la movilidad en las ciudades y con muchos cambios normativos», explicó esta mañana el alcalde de Badajoz y presidente de la comisión de Transporte de la FEMP, Ignacio Gragera en el I Transforming Road Mobility', que no escondió que las ciudades, sobre todo, las de mediano y pequeño tamaño se están encontrando muchas dificultades a la hora de poner en práctica la normativa por falta de infraestructuras y de distintas carencias que lo complican, como la antigüedad del parque móvil en general.

Los avances respecto a la movilidad no suelen materializarse al mismo tiempo en unas ciudades y otras. Gragera insistió en que las grandes urbes llevan años aplicando mejoras, proyectos innovadores y todo tipo de iniciativas, pero las entidades locales se topan con más problemas a la hora de cumplir con todas las exigencias de la movilidad actual. 

En este caso, el alcalde de Badajoz puso como ejemplo el fomento del transporte público, un servicio con distintas alternativas muy consolidado en grandes ciudades, frente al servicio que ofrecen las urbes de menor tamaño, que avanzan con mayor lentitud a pesar de los esfuerzos.

Gragera subrayó que en Badajoz se ha renovado prácticamente toda la flota de autobuses para que sean eléctricos, una de las mejoras más significativas, pero el alcalde comentó que el espacio de la ciudad es reducido y la iniciativa de plantear zonas de recarga de vehículos eléctricos trae de cabeza al Ayuntamiento por falta de suelo. Un ejemplo que tomó de base para ilustrar las carencias que pueden complicar el cumplimiento de la normativa.

De la misma manera se refirió a Toledo, «una ciudad en la que va a ser muy complicado implantar todas las medidas» por la propia configuración del Casco Histórico, con lo que considera que al final «se tienen ciudades a dos velocidades, con zonas más adaptadas y otras menos».

Gragera también planteó las dificultades de algunas ciudades a la hora de cumplir con los plazos marcados para las Zonas de Bajas Emisiones y añadió «que la experiencia del día a día» también influye en la planificación de la nueva movilidad, a la que hay que unir también «la resistencia de los ayuntamientos» a unas u otras alternativas.

Gragera parte de la idea de que para avanzar en movilidad «debemos generar un esfuerzo de alternativa al vehículo, pero tomar esa decisión implica no solo disponer de infraestructuras, también adaptar las que tenemos para minimizar los riesgos». El alcalde de Badajoz tiene claro que hay que apostar «por la prioridad peatonal», pero dejando al margen la peatonalización total y exclusiva que termina afectando a los residentes de esas zonas.

Asimismo, Gragera entiende que cualquier medida en pro de la nueva movilidad debe garantizar la seguridad. En caso contrario, «no servirá de nada tener carriles bici si no se adaptan las vías para garantizar la visibilidad».