"Los partidos de izquierdas han fracasado"

Juana Samanes
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Sensible. Este cineasta de origen armenio es todo un referente europeo en el cine comprometido con causas sociales, entre otras, el genocidio de su pueblo

"Los partidos de izquierdas han fracasado" - Foto: Stephan Vanfleteren pour Le Mond

El director galo Robert Guédiguian y su mujer, Ariane Ascaride, llevan décadas ofreciendo un cine social sincero, rotundo, que cala en el espectador porque siempre afronta asuntos reales. En Que la fiesta continúe, que se desarrolla en Marsella, su ciudad natal, vuelven a hacerlo. 

En Que la fiesta continúe se escucha que a los dirigentes de izquierdas les importa más el partido que mejorar el mundo. Creo que está retratando a muchos políticos de hoy.

Efectivamente, creo que todos estos partidos de izquierdas actuales han fracasado, ya no tienen ideología, no tienen proyectos. Han estado siglos moviendo hilos y ahora solo se preocupan de lo institucional. Por lo tanto, estoy seguro que en esta generación su tendencia no es mejorar la vida de la gente.

Pero también habla de amor en mayúsculas, en la juventud, en el matrimonio e, incluso, en la madurez.

Es lo más inesperado y decidí mostrar que el amor se da a cualquier edad. El personaje de ella se sorprende de lo que le ocurre porque no se lo espera. En mis guiones quiero mostrar un comportamiento poco habitual, pero también lo he hecho en otras películas. Siempre intento hacer lo opuesto a lo que se espera. 

Me agrada que en su película se recuerde el genocidio armenio. ¿Por qué cree que la comunidad internacional menciona otros como el judío y siempre se olvidan del armenio? ¿Diría usted que obedece a cuestiones políticas?

Hay varias razones, en primer lugar porque Armenia es un país muy pequeño, que no tiene ningún interés económico: no hay petróleo, no hay gas, no hay nada. Si eres un Estado diminuto sin recursos destacados estás acabado. Es cierto que en naciones como Francia, donde hay una comunidad armenia importante, hay unos 600.000, se habla un poco de ello, pero hay otros como España, en los que no hay ciudadanos armenios, luego no se habla del genocidio y desaparece. Pero es el drama de pequeños países y de los conflictos olvidados, no somos los únicos. Yo sí que trato mucho este asunto y hago mención en mis películas porque lo considero mi deber.

La memoria es fundamental. ¿Hay que conocer la historia para entender lo que pasa?

Con respecto a lo que usted dice, estuve hace unos días en el instituto donde estudié para entregar unos diplomas sobre los extranjeros que lucharon en la resistencia francesa. Me asombró que había africanos, afganos, árabes, marselleses de origen italiano, esto fue maravilloso. Somos militantes de la humanidad porque sin memoria no hay cultura.

La historia la sitúa en Marsella, una ciudad francesa que usted y su mujer conocen bien…

Rodar en nuestra ciudad es una elección personal, porque cualquiera de mis historias podían haberse rodado en otros lugares, ya que son universales. Pero quizás lo hacemos porque los dos somos muy testarudos y no nos va callar nadie.