Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Y volverá la cordura

05/01/2024

A menos así prefiero creerlo. Necesito pensar que los pueblos que actúan en libertad se equivocan, pero antes o después rectifican y marcan el rumbo correcto. En las circunstancias que estamos viviendo parece ilusorio lo que digo, pero también cuando estamos inmersos en la tormenta, parece imposible que vuelva la calma, pero la realidad es que siempre regresa.
Ocurre que a veces la sociedad pierde el norte -todos nos despistamos alguna vez- y nos parece que es víctima de algún diabólico maleficio. Cuando vemos a esos energúmenos, que no delincuentes, apaleando al guiñol a la puerta de la sede del PSOE, nos creemos que estamos siendo objeto de algún conjuro esperpéntico, porque el espectáculo es realmente eso. Lo mismo nos ocurre cuando a renglón seguido, vemos a los socialistas que, con una actuación teatral que para sí la hubiera querido 'María Guerrero', denuncian los hechos por delito de odio… Y eso después de darse el pico con los batasunos, quienes desgraciadamente no apaleaban peleles, sino que preferían seres de carne y hueso para ese menester y otros infinitamente más grave.
Pero aún así esta estúpida demencia febril pasará, y dentro de mucho menos de lo que nos creemos no encontraremos ningún líder político que apoye actuaciones como las del guiñol y mucho menos socialista que admita haber estado de acuerdo con las 'fazañas' de su Pedro, a quien ellos mismos vestirán de guiñol para apalearlo en señal  de repulsa, capitaneados por el tiralevitas mayor, don Francisco Javier López Álvarez. Den tiempo al tiempo y verán.
Porque dicen que mal camino no lleva a parte buena  y el camino escogido para seguir disfrutando el Falcon no puede ser peor. Al final llegarán los frutos, que por necesidad serán amargos y las miradas se volverán buscando nuevamente la cordura. Porque, aunque ahora nos parezca mentira, ha habido mucho tiempo en el que en España reinó la cordura, con sus imperfecciones como en todo lo humano, y hasta la administración de justicia pareció funcionar… Incluso atendían sin demasiadas colas en los hospitales y todos los españoles manteníamos que, en enero a las veintidós horas es de noche…
Recuerdo que, en esa época, algunos decían que España era un país aburrido: la gente no trasnochaba porque madrugaba para trabajar al día siguiente y 'la noche' como dicen en el ambiente, casi desapareció. Los jóvenes se compraban viviendas en las que se asentaban con su familia. Las ocupaciones de viviendas ajenas eran anecdóticas, y además a los que se les ocurría tal cosa, se les desdeñaba socialmente, se les echaba de las viviendas ocupadas. Había viviendas de sobra en alquiler, y la compra era asequible… en fin, lo que es un país aburrido en el que, a los etarras se les llamaba asesinos y a los toreros se los aplaudía cuando hacían buena faena…
En este año que empieza, la sociedad va a tener numerosas ocasiones para manifestar su acuerdo o desacuerdo con 'la diversión' actual. Veremos que poco  a poco volveremos a elegir esa sociedad 'aburrida' en la que por pura convicción se respeta el orden natural de las cosas, la gente vive, trabaja, se compra su vivienda, acude al médico sin grandes esperas y sabe que «España limita al norte con el mar Cantábrico y los  montes Pirineos, que la separan de Francia…». Así lo espero.