Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Los dos mil delegados de Sevilla

03/12/2024

La sensación que permanece tras seguir los avatares del congreso del Psoe es de amargura y perplejidad.

Después de haber asistido a todos los celebrados en democracia excepto éste sevillano -sin interés para esta periodista, se adivinaba plano de emociones, solo importaba el espectáculo de a ver quién glosaba con más fervor al Gran Líder-, queda un misterio por despejar : cómo es posible que entre las dos mil personas que representaban allí a ciudadanos españoles de corazón socialista, entre los que debían haber delegados con formación, experiencia y criterio, ninguno de ellos vio lo que tenían delante; un líder dirigente que no tiene palabra, que no se inmuta cuando se ve obligado a comprar voluntades para mantenerse en el poder, que se desprende de quienes le recriminan que no respeta los principios que defendía cuando fue elegido, que utiliza su poder presidencial para promover laboral y económicamente a familiares y amigos, que cede ante quienes le exigen competencias y dineros que chocan abiertamente con la Constitución y con la ley, que castiga a los medios de comunicación que expresan abiertamente su rechazo a su manera de mantenerse en el poder dispuesto a pagar el precio que sea, y que promueve a personas serviles para ocupar cargos de máxima responsabilidad en instituciones del Estado. O que coloca también en el consejo de RTVE a periodistas y colaboradores que trabajan o han trabajado para el partido, con un sueldo de 125 mil euros cuando, hasta ahora, los consejeros cobraban dietas por asistencia.

Cuesta creer que sean tantos los asistentes al congreso que no ven lo que ve cualquiera con dos dedos de frente. Personas que se rompen las manos con los aplausos al líder, que consideran lógico que coloque a su mujer sin contar con las titulaciones que se exigen, o que ven normal que su hermano se residencie en Portugal para tener ventajas fiscales mientras se persigue a quienes hacen lo mismo. Personas, delegados en el congreso, que han seguido día a día los cambios de criterio en el presidente de gobierno sin atreverse al menor gesto de discrepancia. Incluso les pareció aceptable quitar la palabra a la única asistente al congreso sevillano que pidió que se cumplieran los estatutos y se abriera un debate sobre la ponencia o sobre el informe de gestión.

Cuesta creer que entre aquellos dos mil cargos del partido ninguno haya levantado la mano para preguntar a Sánchez cómo va a crear una agencia pública de vivienda tras los fracasos que acumulan los proyectos de su gobierno y de Zapatero en materia de vivienda, y de dónde va a sacar el dinero, si del mismo cesto de tantas cosas prometidas -subvenciones, ayudas de todo tipo- sin que las haya cumplido. Y que nadie, de los dos mil, haya sentido dudas sobre la ética del presidente. Legítimo presidente de gobierno, por supuesto, pero … Se mantiene porque muchos de los suyos no quieren ver porque, como el propio Sánchez, prefieren mantenerse en el machito.