La Asociación Talaverana de Lucha Contra los Malos Tratos ha confirmado que cada vez llegan más casos de jóvenes o de padres y madres que alertan de que sus hijas están en una relación de noviazgo donde hay violencia. Así lo ha trasladado a La Tribuna María Díaz Bodas, trabajadora social de esta entidad, que arrancó su andadura en 2009.
La asociación comenzó como un movimiento de mujeres que ayudaban a otras mujeres que estaban en procesos de separación y divorcio en un momento en el que «no estaba interiorizado qué es esto de la violencia de género». «Simplemente se relacionaba con problemas matrimoniales, porque hasta hace muy poco tiempo relativamente esto se relacionaba con problemas del matrimonio, del ámbito privado y no se externalizaba».
En este contexto, la asociación nació «como apoyo de mujeres a otras mujeres que estaban atravesando momentos difíciles en divorcio» y si bien se hablaba ya de malos tratos, «se relacionaban más a lo que es la violencia de género dentro del matrimonio». Con los años y el perfil de mujeres que se ha venido atendiendo en la asociación, se ha visto «que violencia de género se da en el ámbito de la pareja, no solamente en un perfil determinado de mujer, no tiene por qué ser en matrimonio sino en parejas muy jóvenes también». De hecho, la trabajadora social confirma que en los últimos años se ha comprobado un incremento notable de «la violencia en parejas jóvenes».
Asimismo, los estudios también han demostrado que la violencia de género aparece antes en las relaciones de noviazgo. Así, mientras en un matrimonio de larga duración hay «primeros signos de violencia, la física tarda más en aparecer», cosa que en el caso de las parejas jóvenes de hoy, «a los dos meses de relación, o incluso antes, aparecen ya los primeros signos de violencia física, que es la más visible».
Al respecto, Díaz apunta que «uno de los signos muy claros de violencia en parejas jóvenes es el control de las redes sociales», con casos en los que los chicos les piden todas sus contraseñas a sus parejas y les dicen «solo quiero que publiques cosas conmigo, quiero ver con quién chateas, quién le da me gusta a tus fotos...». «Aparecen esos signos de violencia, de control, de celos y por tanto, aparece mucho antes» en parejas jóvenes esa violencia física también.
Lo que no ha cambiado es que «no hay un perfil víctima de violencia porque puede ser cualquiera, pero es verdad que cada vez han acudido mujeres más jóvenes» a la asociación por esta circunstancia. También se ha incrementado la demanda por parte de «padres y madres que se han dado cuenta que su hija está en una relación de noviazgo donde hay violencia».
Como explica Díaz, «cada vez hay más información y campañas de sensibilización» e «incluso se han hecho películas y canciones» que permiten a una mujer que está atravesando una situación de violencia «sentirse identificada». Sin embargo, en la asociación talaverana han detectado que «lo que más funciona es el boca a boca» a la hora de solicitar ayuda y darse cuenta de que se está siendo víctima de maltrato. Usuarias que ya han pasado por esta situación son quienes, a su vez, «traen de la mano a otras mujeres».
Es un paso que cuesta dar porque precisamente hay una «dependencia emocional» que les dificulta en primer lugar «darse cuenta de que la persona a la que quieren no las quiere, que eso que ellas reciben no es amor». Una vez conscientes de ello, «luego también cuesta dar el paso tanto de romper la relación como de poner denuncia, porque al final, aunque hay muchas manos tendidas, muchos apoyos y muchos recursos, da miedo». Este miedo viene ligado en ocasiones a la «dependencia económica», en otras «porque tienen hijos en común» o porque «la mujer percibe un riesgo por su vida real y tiene miedo que por poner una denuncia la situación empeore». ?Algunas que se atreven, pueden, de hecho, «retroceder y en algunos casos volver con el agresor».
Discurso negacionista. Díaz afirma que cada vez «se habla más de ello y la sociedad está más concienciada de que es un problema real y algo que existe y convivimos con ello». Pero, añade, por otro lado «también está influenciando mucho el discurso negacionista que hace que muchas mujeres que están atravesando por esta situación se cuestionen si dar el paso o no, porque piensan que no las van a creer, que van a ser juzgadas o que van a ser señaladas».
Por ello, «por un lado hemos avanzado mucho, pero es verdad que nos encontramos en un momento en el que ese discurso negacionista frena a muchas mujeres». Así, pese a que «se ha avanzado mucho en cuanto a las administraciones, a recursos, a concienciación de la sociedad en sí», al existir «otra parte de la sociedad está deconstruyendo todo eso que ha costado tantísimo tiempo construir». Por ello, la representante de esta asociación apuesta por «concienciar más» y por campañas de sensibilización.