En alguna ocasión he dejado dicho en mis intervenciones en aquellos lugares que he visitado por motivos profesionales o políticos, así como en esta columna Cabalito que, el medio rural es la última trinchera.
La forma de vida rural está en vías de extinción y por muchas alharacas de Guijarro o Page sobre la ley de repoblación en Castilla-La Mancha esto cada día va más deprisa. No han sabido, ni son capaces de vislumbrar una solución a un problema que les supera por su inoperativa forma de no trabajar por los demás.
La última trinchera del medio rural es la que salvaguarda, a duras penas, la raíz de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestra forma de ser. Los días en un municipio rural son más largos, más arduos, más duros y, por eso, la forma de vida del siglo XXI a la que nos ha traído la educación socialdemócrata, sueca o finlandesa, la pedagogía buenista, es a una sociedad para nada preparada hacia la cultura del esfuerzo, del trabajo diario y comprometido, a la colaboración con el vecino.
Pero, a pesar del trabajo, de los madrugones, de llegar anocheciendo a casa, da tiempo para el esparcimiento, para colaborar en la asociación de cazadores, en la cooperativa, en la asociación cultural, hasta ayudando al cura simpático que evangeliza tomando café con los que no van a misa. Y, cómo no, tiempo para la música. La que nos desconecta de los sinsabores diarios. Esa que suena con mayor o menor ritmo, afinación o armonía. La que nos inspira y nos relaja, esa que nos conecta con las películas de ahora y siempre o con los compositores de antaño, también con los ritmos de nuestra tierra.
Son los municipios rurales los que sirven de cuna a músicos nacientes, a jóvenes que mantienen su vínculo a través de la raíz musical, los mayores que mantienen sus recuerdos en pentagramas que amarillean o cañas que nunca se secan, porque son los que les llevan a otros lugares, sin moverse de casa.
Para cuando un homenaje a esos directores y profesores de escuelas municipales de música que por toda la región mantienen viva la llama de la música en directo, los conciertos invernales, la búsqueda de la tonalidad, la cultura musical del futuro.