José Luis Arroyo

Rayadas Millennials

José Luis Arroyo


Los ricos también lloran

17/01/2023

Hay que reconocer que la actualidad de las celebrities es un no parar. Tras las desavenencias del Príncipe Harry con el resto de la familia real británica, el anuncio del envío de Froilán, el más popular de los 'ninis borbónicos', a Abu Dabi, tierra que parece haberse convertido en el nuevo exilio de los inadaptados de esta dinastía, Shakira irrumpe en el debate público con una 'limonada' en forma de canción para Piqué y para la actual pareja del exfutbolista dedicado, ahora, a promocionar relojes Casio y también, sorprendentemente, con una ración del refrigerio para la exsuegra.
Todos estos debates que no exigen la más mínima inteligencia para ser analizados, en un contexto donde ni los nobeles de literatura escapan de los líos de alcobas o, siendo más preciso, de viagras, pueden hasta reconfortarnos evidenciando que nuestros conflictos familiares también se dan en las estirpes dignas de reinar en el papel couché. Y al mismo tiempo, nos permiten empatizar poniéndonos en los zapatos de las 'lobas', que se comparan con elegantes relojes o con sus lujosos coches, o asumiendo el papel de la 'víctima' de su zarpazo, porque de un modo u otro… ¿quién no ha sufrido, alguna vez, la rabia del desamor o del despecho?
No obstante, todo forma parte de una construcción fantasiosa, si me permitís, como he leído por ahí, a uno de esos sabios de Facebook, lo que nos hacen ver forma parte de una estrategia de atontamiento. Si profundizamos, simplemente son problemas de abundancia de los ricos que viven sus desgracias en confortables mansiones y que están a años luz de las realidades cotidianas en que vivimos el conjunto de la población, y a los que no nos queda otra, que estar más preocupados en poder exprimir nuestras neuronas para ingeniarnos cómo poder pagar las facturas, que en poder dedicar excesiva creatividad en despotricar, desde las redes sociales, de aquellos que nos incordian o truncan nuestras expectativas, o haciendo inocuas travesuras, desde nuestra columna de La Tribuna.
En definitiva, seamos consciente que este espejismo generado a costa del espectáculo de la vida de los personajes de la vie en rose, que no dudo de que, a veces, pueda ser percibido como un opio necesario que nos permita anestesiar parte de nuestro sufrimiento, también nos aparta la mirada de este 'valle de lágrimas' que tiene forma de problemas laborales, carencias básicas y desempleo que vive una parte muy importante de la sociedad que nos rodea, que encara la enfermedad, enfrentando las temidas listas de espera o que se encuentra inmersa en problemas endiablados, tan complejos y aparentemente irresolubles como el cambio climático.
Además, mágicamente, en beneficio de los protagonistas de estos relatos, se convierten en pecados veniales delitos tan graves contra la sociedad como los fraudes fiscales, las inmorales comisiones o tropelías varias, sobre las que rara vez cantan, porque al fin al cabo, los ricos, además de existir el mito de que mean colonia, también en estos casos, lloran, aunque sea con lágrimas de Chanel nº 5.