Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Quién lo crió

12/06/2024

Está claro que no es lo mismo predicar que dar trigo. Incluso el dicho se ha modernizado con el «prometer hasta […] y luego nada de lo prometido».
Pero a un tío que se vanagloria de tener «hijos de raza» no sé si ahora como son «perros leales» (Ribera dixit) tendrá, además, cartilla de pedigree,se le confiere cierto arrojó, valentía, coraje o más castizamente, ¿tienes huevos o no tienes huevos, Page?
Ha demostrado en TV, en radio y en titulares de periódico que es más flojo que un manojo de almárcigas. Ni se ha atrevido, ni se le espera en ninguna institución para poner pie en pared al atropello que se ha aprobado en el BOE. No es sólo un atropello a los castellanomanchegos, ha demostrado que no cree que seamos ni iguales territorialmente, ni iguales ante la Ley.
Sánchez ha roto el pacto de convivencia, ha roto los compromisos de solidaridad interterritorial, ha quebrado la paz social y el diálogo colectivo. Ha dinamizado los puentes para decidir los grandes pactos que el Estado español precisa realizar entre los partidos políticos mayoritarios y, sobre todas las cosas, ha despertado los odios de principios del siglo XX que tanto dolor y daño provocaron en las familias españolas y desembocaron en una guerra civil. 
Despertar las ansias de poder por encima de la Ley, soslayar a los jueces para hacerlos perder autoridad ante la opinión pública y recriminar al discrepante por pensar con libertad y hacer crítica son los primeros pasos para la instauración de un régimen autoritario, que censure y nos tape los ojos y la boca para hacer y deshacer a su antojo. 
Las redes sociales ya están dominadas por los bots radicales y los financiados por Rusia. La inestabilidad viene no sólo por la desinformación, sino por la creación de un caldo de cultivo de hartazgo que desemboca en desigualdad, injusticia y radicalismo sin control.
Los extremismos los ha criado una izquierda socialista huérfana de principios y soltera de valores. Desde Castilla-La Mancha hubo oportunidad de pararlo pero la indignidad vive en los representantes socialistas en el Congreso y en el Senado y nada, ni nadie, hará que lo olvidemos. Esta región es mucho más que vosotros y habéis criado a Puigdemont a vuestro más miserable antojo.