La primera, dos veces y con la mirada aún puesta en su nueva carroza. La Real e Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad ha vuelto a estrenar una Semana Santa de Toledo más con su procesión el Viernes de Dolores. Lo ha hecho venciendo a la lluvia, tras una jornada en la que las precipitaciones se alargaron en el tiempo.
Finalmente, el cielo amainó durante la tarde y permitió a la hermandad celebrar su Viernes de Dolores. Lo hizo además con gran acogida de público, ya que las calles del Casco Histórico acogieron con ganas esta primera procesión con multitud de espectadores.
La talla realizada por el maestro Mariano Bellón en el año 1874 estuvo acompañada un año más de un nutrido cortejo formado en su mayoría por mujeres, todas vestidas de negro, con velo y medalla de la cofradía. Asimismo, los hombres -que en esta cita son minoría- portan traje oscuro, camisa blanca, corbata negra y todos llevan consigo su medalla.
La nueva carroza estrenada el año pasado, que permite sacar a la Virgen de la Soledad a hombros o sobre ruedas, volvió a relumbrar por el adoquinado del Casco para abrir esta recogida y singular Semana Santa toledana, Fiesta de Interés Turístico Internacional desde el año 2014.
La Soledad reina en el Viernes de DoloresEl dolor, el recogimiento y la tristeza marcan la procesión del Viernes de Dolores. Pero la virgen no está sola y ese nutrido cortejo de damas y de caballeros de negro iluminan con velas y protegen y escoltan esta imagen que Mariano Bellón talló tras la pérdida de la anterior por un incendio ocurrido en la iglesia en 1873.
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La Soledad reina en el Viernes de Dolores
La Soledad reina en el Viernes de Dolores
La Virgen de la Soledad pone el punto final del recorrido de este Viernes de Dolores en su parroquia. Allí, descansará hasta dentro de una semana, cuando volverá a procesionar con la compañía del Capítulo de los Caballeros del Santo Sepulcro.