Si algo hace tan diferente al fútbol de otros deportes es la capacidad que tiene de generar historias muy especiales. Cada cierto tiempo, David suele acabar con Goliat, generando un relato que acaba perdurando en la memoria del aficionado y engrandeciendo esta disciplina.
En la Eurocopa de 2016 se vivió una de aquellas gestas que todavía muchos recuerdan. Eran los octavos de final del torneo continental e Islandia decidió sacudir las jerarquías establecidas, eliminando a una selección de renombre como Inglaterra.
Hablamos de un país que ni siquiera alcanza el millón de personas y en el que el fútbol no está, ni mucho menos, entre sus prioridades. Pero eso poco importa. Cuando el plantel escandinavo saltaba al césped todo quedaba en un segundo plano.
El conjunto de Lars Lagerbäck ya logró sorprender a muchos en su primer partido de la fase de grupos, empatando ante la Portugal de Cristiano Ronaldo. Terminaría segunda en el Grupo F, tras firmar las tablas contra Hungría y lograr la victoria contra Austria.
Por tanto, el sueño islandés seguía vivo en el torneo. Inglaterra, que también acabó en segunda posición en el Grupo B, seria su rival. Los 'pross' no habían dejado buenas sensaciones en el campeonato, pero todo apuntaba a una victoria del cuadro británico.
De hecho, comenzó ganando gracias a un tanto de Rooney desde el punto de penalti, en el minuto cuatro de la contienda. Pero los escandinavos no iban a vender su derrota tan fácilmente.
Sigurdsson empató el marcador unos instantes después con un efectivo remate de cabeza. Y Sigporsson provocó el éxtasis de la hinchada 'vikinga' al anotar el 1-2 con un disparo raso que contó con la ayuda del meta inglés Joe Hart.
Islandia culminó una de las gestas recientes más destacadas en la Eurocopa. Solo Francia fue capaz de desertarla del sueño en la siguiente ronda, tras caer por un marcador de 5-2.
Inglaterra, en cambio, sufrió una de las mayores humillaciones de su historia. Aquella derrota provocó que Roy Hogdson, seleccionador británico, presentase su dimisión.