Si tiene una hipoteca de una casa o ha pedido un préstamo para comprar el coche, usted sabe de sobra lo que son los intereses. Además del dinero que hay que ir devolviendo poco a poco al banco, también hay que sumar unas cantidades añadidas, unos intereses. A la Junta, que también tiene sus deudas, le ocurre mismo que a cualquier hijo de vecino y también tiene que reservar todos los años una parte de su presupuesto a pagar intereses. Lo que sucede es que los de la Junta son de nueve dígitos. Solo en este 2024 se estiman en 256 millones de euros.
Este pago de intereses irá a más en los próximos años. Es lo que calcula la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, en el último informe publicado este mes sobre 'Estimación del gasto futuro en intereses de la deuda pública de las comunidades autónomas (2022-2027)', firmado por Manuel Díaz y Carmen Marín.
Los pronósticos de Fedea calculan que Castilla-La Mancha tendrá que pagar 346 millones en intereses el próximo año. Esta cantidad subirá a 431 millones para 2026 y llegará a los 542 millones para 2027. Es decir, que en los próximos tres años la Junta tendrá que dedicar más de 1.300 millones de euros en pagar intereses. Si los pronósticos de Fedea se cumplen, para 2027 Castilla-La Mancha tendrá que dedicar el doble de dinero a pagar intereses de lo que ha destinado este 2024.
Tipos de interés al alza.
Fedea calcula que los tipos de interés que está pagando la Junta en este 2024 están en el 1,7 por ciento. La media de las comunidades autónomas está más alto, en un 2,1 por ciento, así que ni tan mal. El informe avisa, eso sí, de que en los próximos años subirá. En 2025 llegaría al 2,1 por ciento, en 2026 al 2,5 y en 2027 se superaría al 3 por ciento.
Estas cantidades millonarias de intereses que hay que pagar tienen una razón de ser. Y es que Castilla-La Mancha tiene una deuda de 16.613 millones de euros, según los datos publicados por el Banco de España a cierre de 2023. La región es la quinta con más deuda del país.
El informe de Fedea calcula que Castilla-La Mancha terminará este 2024 llegando a los 16.678 millones. Es decir, que en doce meses la deuda subiría en 65 millones. Para 2025 crecería en 108 millones. En 2026 se sumarían otros 110 y en 2027 se incrementaría en 113. El estudio realizado por la Fundación estima que en tres años Castilla-La Mancha habrá superado la barrera de los 17.000 millones de endeudamiento.
La buena noticia es que la economía seguirá creciendo y, por lo tanto, el peso de la deuda en comparación con el PIB irá a menos. Fedea calcula que el año que viene la deuda de Castilla-La Mancha bajará del 30 por ciento y para 2027 estaría ya en el 27,7 por ciento. A pesar de esta bajada, la región sería la tercera que tendría una deuda más alta proporcionalmente hablando, solo por detrás de la Comunidad Valenciana, que cerraría 2027 al 36,9 por ciento y de Murcia, con un 27,8 por ciento. Ambas regiones levantinas comparten una cuestión nada baladí con Castilla-La Mancha y es que son de las comunidades que salen más perjudicadas del sistema de financiación autonómica.
Pero hay una derivada que podría modificar todos estos cálculos. ¿Qué ocurriría si finalmente hay una quita de parte de la deuda que tienen las comunidades autónomas con el Estado? Castilla-La Mancha lo reclama y pide un estudio independiente para precisar qué parte del endeudamiento se debe a la insuficiencia de recursos que padece la región por el sistema de financiación autonómica.
Fedea aconseja a las regiones regresar al mercado financiero
Con este panorama, Fedea hace algunas recomendaciones a las comunidades autónomas. Aconsejan que, por un lado, los gobiernos regionales tienen que regresar al mercado financiero, pues todavía la mayor parte de los préstamos que tienen las comunidades están en manos del Estado. Es la herencia de los mecanismos que puso Moncloa durante la crisis financiera para las comunidades que tenían más difícil conseguir ese dinero en el mundo bancario. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, la deuda que tiene con el Estado roza los 13.000 millones, un 80 por ciento del total.
Ahora bien, avisan a las comunidades de que esta salida al mercado financiero no tendrá éxito si antes no hay una buena «consolidación fiscal». Fedea señala que lo suyo sería dejar la deuda al 13 por ciento, algo que para la región implicaría reducirla a la mitad. Alertan de que las regiones tienen que ser conscientes de que recortar por la vía del gasto va a resultar más complicado en un contexto con «gastos sanitarios y sociales al alza derivados del envejecimiento de la población». Fedea insiste en que hay que poner en marcha «una estrategia fiscal creíble a medio plazo que garantice la sostenibilidad de las cuentas públicas».