El 2 de septiembre de 2023 el cielo reventó sobre Toledo. La tromba de agua lo anegó todo y, aunque se había estimado la gravedad del temporal, nadie pudo calibrar lo que iba a suceder realmente.
En total, 126 municipios de la provincia se vieron afectados. De ellos, ocho resultaron especialmente dañados. Yunclillos, Villaluenga, Yuncler, Casarrubios, Magán, Mocejón, Chozas de Canales y Cobeja no olvidarán con facilidad ese fatídico día, pero la mayor pérdida se produjo en vidas humanas, con cuatro víctimas.
Los servicios de emergencias rescataron cuatro cadáveres, en Bargas, Casarrubios, Camarena y Valmojado, respectivamente. En Escalona se desbordó el Alberche y la tubería de Picadas, que garantiza el abastecimiento a 365.000 personas y 72 municipios se vio inutilizada al llevarse el agua su viaducto. La Junta pidió la declaración de zona catastrófica y acceso a fondos de auxilio de solidaridad de la UE.
Toledo se recupera de la DANA un año despuésEn toda la provincia se estimaron daños provisionales por valor de 200 millones de euros en infraestructuras públicas y daños en particulares, empresas, comercios o comunidades de propietarios.
La ciudad de Toledo tenía aún en la retina cuando en el año 2021 sus calles se convirtieron en riadas. Sin embargo, dos años después la historia se volvió a repetir, incluso con mayor cantidad de agua sobre sus registros. Y es que la DANA que azotó a la ciudad hace justo un año trajo 100 litros por metro cuadrado de agua en sólo 12 horas. Un dato demoledor que lo es aún más si se concentra en la hora punta de aquella jornada, porque se llegaron a contabilizar 40 litros por metro cuadrado en 60 minutos.
Tal cantidad de agua no dejó títere sin cabeza, como suele decir el refranero español. Aunque no afectó a los tramos de la anterior DANA como fue la TO-23 tras las actuaciones realizadas tras la misma, dejó otros daños materiales que tienen nombres propios, como fueron los casos del Polígono industrial o los barrios de Azucaica y La Legua.
Toledo se recupera de la DANA un año despuésEn la primera de las ubicaciones mencionadas, innumerables empresas vieron inundadas sus instalaciones, pero Unauto, la empresa concesionaria del transporte público quedó totalmente anegada, registrando unos daños cifrados en el 50 por ciento de la flota de autobuses destrozados.
Azucaica se llevó la peor parte en cuanto a daños personales, aunque los vecinos de La Legua o Valparaíso no se quedaron atrás, afectados por el desbordamiento de los arroyos que rodean estos distritos. Las conocidas cuestas del Casco Histórico se convirtieron en riadas. Una situación que obligó al Ayuntamiento de Toledo a intervenir con un decreto de urgencia por el que se destinó 1,2 millones de euros para paliar daños. En las primeras horas de este episodio meteorológico trabajaron por la ciudad alrededor de unos 200 trabajadores municipales. El transporte urbano pudo mantener su servicio, aunque de manera limitada, gracias a la cesión de vehículos que realizó el Ayuntamiento de Madrid a la capital castellano-manchega. Una aportación que ha sido clave para que el servicio siga funcionando.
Unauto, la concesionaria del servicio de transporte, estimó en 4,5 millones de euros las pérdidas por los daños, con 25 vehículos afectados y daños en todas sus instalaciones.
El pertenecer a una empresa mayor, como Grupo Ruiz, con un mayor colchón económico, salvó de la desaparición a Unauto.