Tiempos para el 'nuevo noir'

SPC
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TCM dedica los viernes de febrero a emitir títulos como 'Perdida', 'Fargo' o 'Blade Runner', películas llenas de luces y sombras, con los celos, la traición y el deseo como protagonistas

En los años 30 y 40, Hollywood desarrolló un nuevo género, el cine negro. Eran películas policiacas, de gánsteres y detectives, en muchas ocasiones adaptaciones de novelas de escritores como Raymond Chandler o Dashiell Hammett, en las que, además de desentrañar un crimen o un robo, se mostraban las zonas más oscuras del ser humano y la sociedad. La línea que separaba el bien del mal no estaba del todo delimitada y la ambigüedad moral se apoderaba de los personajes. Las atmósferas de las tramas eran densas, casi siempre envueltas en humo de tabaco. Eran filmes en blanco y negro en los que abundaban las sombras por encima de las luces y una sensación de pesimismo generalizado se apoderaba de los espectadores.

Con los años, el cine negro se llenó de color, pero no abandonó sus esencias. Se fue adaptando a los nuevos tiempos con distintas situaciones y personajes que seguían reflejando los eternos conflictos que han atormentado a los seres humanos a lo largo de su existencia: la ambición, los celos, la traición, el deseo... Poco a poco, el cine negro fue rompiendo su envoltorio e invadió otros géneros, como la ciencia ficción, el western o los musicales, llegando a adentrarse en las películas de superhéroes. Es un nuevo cine negro, un nuevo noir.

Los viernes de febrero TCM ofrece una selección de largometrajes de este renovado género. Películas de los hermanos Coen, que mantienen un vínculo directo con el más puro clasicismo en títulos como Muerte entre las flores, Fargo o El hombre que nunca estuvo allí. 

Los espectadores también podrán ver otros filmes que rompen con los estereotipos más convencionales. Cintas como Brick, de Rian Johnson, en la que un adolescente investiga a una red criminal en su escuela para descubrir el paradero de su exnovia. Baby Driver, de Edgar Wright, es un film de atracos y trepidantes persecuciones en coche, que se fusiona con toda naturalidad con el cine musical. También se podrá ver Perdida, de David Fincher, Promesas del este, de David Cronenberg o Un plan sencillo, de Sam Raimi. 

En Mullholland Drive, David Lynch cuenta la extraña historia de una mujer que pierde la memoria cuando va a ser asesinada. El resultado es una fascinante historia de cine negro surrealista, con Hollywood y el mundo de los sueños como telón de fondo. En El caballero oscuro, la segunda parte de la trilogía de Batman de Christopher Nolan, hay una infinidad de paralelismos el cine negro clásico y una Gotham llena de corrupción. Y por último, Blade Runner, de Ridley Scott, muestra un futuro distópico en la ciudad de Los Ángeles sumida en la oscuridad. Allí un detective debe averiguar el paradero de unos robots idénticos a los seres humanos, llamados replicantes, que se han fugado de una colonia espacial.

Los años pasan y los tiempos cambian, pero como diría Sam Spade, el detective que interpretó Humphrey Bogart en El halcón maltés, de John Huston: el material con el que se forjan los sueños del cine negro sigue siendo el mismo. Y los espectadores de TCM podrán comprobarlo los viernes de febrero.