La campaña 'Farmacia comunitaria comprometida con la salud mental' apuesta por la escucha activa de los profesionales del sector como medida de prevención y derivación al circuito clínico para un conjunto de enfermedades que afectan a un número creciente de ciudadanos. La Consejería de Sanidad y el Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha impulsan la segunda edición de una iniciativa que apuesta por eliminar el estigma que aún pervive respecto a estos problemas.
Maite Marín, directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, insiste en la importancia de «sensibilizar» sobre el autocuidado, la prevención y la promoción de salud mental. Existe un perfil de paciente que «tarda en ir al médico e incluso banaliza sus síntomas», apunta la responsable de Sanidad, un comportamiento que dificulta el diagnóstico y complica su tratamiento posterior. El «cercano» profesional de farmacia emerge como una posible solución en estos casos. «Puede detectar si existe esa necesidad de consulta médica», apunta Marín.
La presencia de estos trastornos repercute en otros «aspectos que se ven afectados», como la alimentación, la práctica deportiva o la vida sexual. No existe un registro que establezca un número actualizado de pacientes de salud mental en la región. Los datos con los que se cuenta son «inferidos», estimaciones a partir de las estadísticas nacionales o internacionales. En cualquier caso, la obtención de una cifra resulta difícil ya que el «diagnóstico de un trastorno mental grave es diferente al sentimiento de malestar emocional». En el caso de los segundos, de carácter más leve, «requieren de otros cuidados y otra prevención», añade Marín. La conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental apunta este año al trabajo como factor desencadenante. Además, desde Sanidad advierten de la existencia de «determinantes sociales que pueden afectar y abocar a situaciones de malestar social».
Por su parte, Concepción Sánchez, presidenta del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha, se sirve de un estudio de la Organización Mundial de la Salud que estima en unos 1.000 millones de personas en todo el mundo el volumen de personas con estas dolencias, un 14% de ellos adolescentes. Aquella encuesta, publicada después de la pandemia, «nos espoleó para empezar a trabajar». La primera campaña, realizada en 2022, resultó un «éxito»; la propuesta recién presentada comparte los mismos objetivos y confirma el «compromiso con la salud mental» del gremio.
Las 1.350 farmacias repartidas por la región son «espacios de escucha activa, seguros y de confianza». Sus profesionales apuestan por la «empatía» con los clientes, una relación personal que puede ayudar a aflorar problemas latentes. El «punto de referencia» de las oficinas dispensadoras de medicamentos confirma el «vínculo de la salud mental con la salud pública».
«En las farmacias conocemos a nuestros pacientes y una parte de su vida íntima», subraya Sánchez, quien se felicita de la «capilaridad y accesibilidad» de sus oficinas por el extenso territorio regional. «Estar en cada pueblecito ayuda a estos pacientes».
Problemas como la depresión, el estrés, el insomnio o los trastornos alimenticios son algunas de las afecciones más habituales. Entre los jóvenes, preocupan las adicciones generadas por su exposición al mundo virtual: se detectan muchas horas ante la pantalla, actitudes dañinas para la propia salud (tales anorexia o bulimia) y problemas con las apuestas.
La campaña se extenderá por el millar largo de establecimientos farmacéuticos, donde además del trabajo activo de sus profesionales se repartirá un díptico. La Junta y el consejo colegial recuerdan la existencia de asociaciones de ayuda a la salud mental en las principales localidades de la comunidad autónoma.